miércoles, 24 de febrero de 2010

ROJAS JIMÉNEZ: EL GRAN AMIGO DE NERUDA

por José G. Martínez Fernández.
Dicen que el mejor amigo de juventud de Neruda era Alberto Rojas Jiménez, a quien dedicó un sentido y hermoso poema…
Dicen eso, pero no sé.
Neruda era un bohemio y amigo de muchos en una época en que Chile se debatía en una batalla social intensa: comienzos del siglo veinte.
Bien pudo haber sido el nombrado poeta, desaparecido tempranamente, el mejor amigo del también joven Neruda.
Existían tantas promesas en la poesía chilena de esa época: Romeo Murga, Domingo Gómez Rojas y el citado Rojas Jiménez, entre otros.
Todos se fueron tan temprano dejando un vacío en la poética chilena que pronto llenaron sus otros colegas y amigos: Prado, Neruda, De Rokha, Mistral, Huidobro, Anguita y tantos maestros que sí llegaron a “mayores”.
La poesía chilena, como toda la hispanoamericana y, seguramente, toda la universal, es muy compleja por la cantidad de grandes hacedores de esa expresión humana maravillosa.
¿Sabe usted siquiera un poema de Alberto Rojas Jiménez?
Si no es así conozca, al menos, uno de sus mejores trabajos:

NO ENCENDÁIS LAS LÁMPARAS
No encendáis las lámparas
ni me llaméis.
Dejadme aquí sin luces.
Mi alma está mejor en la penumbra.

Ved cómo la sombra maravillosa
envuelve mi frente.
Mirad mis manos,
mirad mi aspecto dulce
y que os oiga decir:
"Dejadlo está soñando,
dejadlo solo, allí sin lumbre".

Un texto muy logrado dentro de los cánones de la sencillez verbal del quehacer poético.
Rojas Jiménez había nacido en 1900 y falleció en 1934. ¿El mejor amigo de juventud de don Pablo Neruda? Sólo Neruda lo sabía.
José G. Martínez Fernández

(FUENTES:
PALABRA ESCRITA, Revista de Poesía, Número 52. Diciembre de 2008.)
cienpoemaschilenosclaves.blogspot.com

jueves, 18 de febrero de 2010

La Recta Provincia

LA CULTURA DEL HORROR
Por Antonio Gil
(columna de opinión publicada en el diario Las Ultimas Noticias, de Chile el 17 de febrero de 2010)

En un importante contingente de nuestros amigos vinculados al mundo del arte y las expresiones culturales, cunde un intenso desasosiego.
Ellos intuyen, horrorizados, que el gobierno de Sebastián Piñera traerá, en el campo de la cultura, una era de profunda obscuridad; una fría sombra, como de higuera, se cernirá sobre Chile. Esa nueva edad de piedra, según ellos, estará dominada por carnavales en Valparaíso, batucadas, pasacalles, mimos, pantomimas, e incluso hablan de la visita de ciertas gigantescas marionetas manejadas con grúas y acompañadas de desmesurados buzos tragadores de niñas; toda laya de embelecos llegados de ultramar para adormecer a las masas trabajadoras y sus susceptible proles.
Imaginan, estos buenos muchachos, con la boca seca, un Fondart que financiará obras de teatro dedicadas a denostar y a ridiculizar a nuestro héroe Arturo Prat. Entrevén oportunistas conciertos catatónicos de Sol y Lluvia y tiemblan imaginando a Quelentaro y su optimismo tan contagioso tomándose los escenarios de la dulce patria, a falta de panoramas más melancólicos. “La derecha no tiene agenda cultural”, nos argumentan entre pucheros, mientras profetizan que Luciano Cruz-Coke seguramente va a querer improvisar somníferas jornadas veraniegas de algo que podría llamarse Teatro a Mil o Cine en su Barrio.
Intuyen que la televisión se convertirá en un asco, con programas tan estrafalarios como sus nombres: Yingo, Yango, Yongo, o algo así. Además, sospechan, con el corazón en la mano, que habrá realities militarizados que podrían llamarse Pelotón, por ejemplo, o Escuadrón, donde se mezclará, en un ensamblaje perfecto, la imbecilidad bioquímicamente pura de los participantes con un olor a pata casi invisible en la pantalla. A esos niveles ha crecido entre nuestros intelectuales la paranoia que los hace tener las más terroríficas pesadillas, en las cuales dan teleseries con vampiros y hombres lobos y se proyecta a toda hora un imaginario de lo más piñerista, con mucho hilo dental entre los glúteos y mucha silicona bamboleante al borde del estallido. Un horizonte de espanto donde no prevalece valor alguno y sólo se privilegiarían las audiencias y la oferta para los auspiciadores.
Todas estas cosas vendrían a borrar de un paraguazo, naturalmente, los inmensos esfuerzos realizados por ellos para dotar a nuestros medios masivos de material de primer nivel y subir a nuestros proscenios gente de gran valía en lo artístico, creadores que ayudan a reafirmar nuestra identidad y a crear conciencia de qué y quiénes somos sobre la faz de la Tierra.
“La derecha no está ni ahí con elevar el nivel espíritual de nuestro pueblo”, gimotean, muy cariacontecidos, mientras nos amenazan con que vendrá un apocalipsis de adaptaciones históricas que son un revoltijo de épocas, al son contagioso de grupos tipo Tomo como Rey. Se nos viene La Noche y, aunque Cruz-Coke tenga una o dos ampolletas más que su antecesora, nos espera una especial de invierno pronuclear. La “ideología dominante” impondrá un tipo de cultura de evasión, destinado a nivelar para abajo, cosa nunca vista en la historia cultural reciente de Chile. Un páramo sin alma que los chilenos no soportarán, un desierto espiritual inventado por el malvado Piñera y sus secuaces.
Antonio Gil (Las Ultimas Noticias)

lunes, 15 de febrero de 2010

LOS GRANDES HÉROES DE AMÉRICA LLEGAN AL CINE ESPAÑOL

por José G. Martínez Fernández.
Un reconocimiento a los mayores héroes de la Independencia de América se está realizando en España. En televisión y salas de cine podremos admirar sus vidas y sus luchas por hacer de este trozo del planeta un gran territorio: una sola patria, grande y libre.
Los mayores héroes de la emancipación de los pueblos latinoamericanos serán llevados a la pantalla por TVE, la cadena pública de España. Ésta emitirá el trabajo realizado por el actor y director Sancho Gracia.
Los libertadores elegidos por la importante cadena española son:
José Martí, de Cuba; José de San Martín, de Argentina; José Gervasio Artigas, de Uruguay; Tiradentes, de Brasil; Bernardo O'Higgins, de Chile; Simón Bolívar, de Venezuela; Túpac Amaru, de Perú; y un mexicano cuyo nombre aún no he podido confirmar. Puede ser Hidalgo o tal vez Morelos.
Todas son figuras fulgurantes y mayores en la lucha por la independencia de América Latina.
El conjunto de películas llevará por título “Libertadores” y se empezará a emitir prontamente.
Listas están las de José de San Martín y José Martí y en estado de rodaje se encuentra la de José Gervasio Artigas.
Diversos e importantes directores de cine se han hecho cargo de ellas y las de los otros cinco héroes.
Fernando Pérez, Tristán Bauer, César Charlone, Marcelo Gomes y Arturo Ripstein son los nombres que completan la nómina de hacedores de estas películas esenciales.
En ellas se plasmará la obra y pensamiento de los hombres más importantes en la lucha por la libertad de nuestros pueblos.
Es muy interesante este trabajo, puesto que al dar cuenta -en forma casi conjunta- de los grandes libertadores de América, se produce un eje de amistad entre nuestros pueblos, aquel que se pronunció en su época en varios de ellos.
Nuestro O’Higgins fue un enorme amigo de José de San Martín, quien llamó a nuestro héroe: el más valiente de los luchadores que él había conocido en las batallas libertarias de la Independencia.
Y aunque San Martín no era muy cercano a Bolívar, éste último prodigaba por O’Higgins un cariño mayor. De allí que le obsequiara su espada en su exilio de Lima.
Amar y querer a nuestro héroe nos pidió Gabriela Mistral y en su homenaje Neruda, De Rokha y Parra, entre muchos otros grandes poetas, cantaron al héroe de Chacabuco y Maipú.
Todos los homenajeados por TVE son merecedores de ello.
José Martí abrió Cuba a la Independencia en forma tardía (fines del siglo XIX) y lo hizo con el lujo de su heroísmo, consecuencia y sabiduría.
Tiradentes, es el más grande de los brasileños de toda su historia. Llevaba tal nombre en razón de su profesión: dentista. Muerto en forma salvaje. Fue el iniciador del rompimiento de los amarres de su patria con Portugal.
Túpac Amaru, el digno hijo de la nobleza peruana que, junto a su esposa Micaela Bastida, fue masacrado en forma brutal, se inscribe en la historia de Perú, esa gran nación, con hierro candente.
Artigas –acusado de “bandolero” por los equivocados de siempre- dio patria a los uruguayos.
San Martín participó en la liberación de tres naciones: la suya (Argentina), Chile y Perú.
Y Simón Bolívar, el Libertador de varias naciones, aparece con su figura indeleble, armado de principios y valores.
Son todos, por lo tanto, fundadores de una sola gran patria que hoy, a veces, se dispersa por intereses que ellos rechazarían.
Esperamos que estas películas sobre nuestros grandes héroes sirva para recordarnos que chilenos, uruguayos, argentinos, peruanos, mexicanos, venezolanos, colombianos y los hijos de otras naciones, somos todos hermanos, como decía el cantautor chileno Rolando Alarcón.
Las películas se emitirán en España por TVE, mientras que para el resto del mundo se exhibirán en salas de cine.
Muchas películas ya se han hecho sobre los personajes citados aquí –verdaderas la mayoría, falsas otras-; pero el hecho que “Libertadores” convoque a ocho pilares fundamentales de la Emancipación continental en forma casi unitaria es un hecho que permitirá a los amantes de este gran Patria Sudamericana- sentirse en sus raíces y convocarse, ojalá, en un nuevo sentimiento de unidad de nuestras naciones.
Los convocados son personajes demasiado grandes para un Continente que después se fragmentó debido a guerras chauvinistas y se expuso a la vigilancia del gran imperio del Norte.
Si esos héroes vivieran hoy es factible que murieran tan desolado como sucedió con Francisco de Miranda; asesinado como sucedió con Sucre y fusilado como sucedió con Morazán.
Los ocho héroes seleccionados para llevarlos al celuloide tuvieron fines parecidos.
El pago de América nunca fue a la altura de nuestros maestros que soñaron un sistema de justicia, de unidad y de solidaridad que aún no llega.
José G. Martínez Fernández

domingo, 14 de febrero de 2010

Lectura recomendada : "Angeles y Solitarios"

Por Freddys Pradena, desde España
¡Hola amigos! En estos días de invierno, de obligada permanencia en casa y aburrido de la tele, he leído un libro que me prestó mi amigo Sergio Jaquer (chileno con muchos años de residencia en Francia y que temporalmente vive su jubilación en Zaragoza). El libro, muy bien presentado, se llama "Angeles y solitarios", del escritor Ramón Díaz Eterovic (Editorial Txalaparta, País Vasco). Quizás en Chile sea muy conocido este escritor nacido en Punta Arenas, yo no sabía de él, aunque este compatriota ha obtenido varios premios en América y España y sus obras han sido traducidas a varios idiomas. El mencionado libro sido un agradable descubrimiento, porque casi lo he leído de un tirón por lo ameno que es. De ahí que lo comente y lo recomiende.
La novela es del género negro. El personaje principal es un detective privado que habla con su gato Simenon, tiene una novia muy bonita y buenos amigos. El argumento de fondo es un tema que hace pocos años fue comentado por la prensa internacional: La fabricación en Chile de armas prohibidas (el negocio de la familia Pinochet). Hace encajar los acontecimientos muy bien, pues toda novela debe tener algo de credibilidad.
Pero en donde de verdad disfruté más de la lectura, fue en la descripción del centro de Santiago, especialmente de la ciudad de noche. Y es ahí en donde leyendo el libro me iba acordando de santiaguinos conocidos (algunos adoptados, otros de pura cepa). Por donde se mueve el detective Heredia son los mismos lugares que mi amigo Luis Aravena me ha contado infinidad de veces recorría en su época universitaria. Y estoy seguro que para Ernesto, Carlos o Alfredo, esos lugares les resultarán muy familiares. Porque para bien o para mal, tengo entendido, el centro de Santiago continúa siendo igual que hace 35 años. Ustedes dirán.
PD. Recomendaré a la Editorial que adjunte un plano de la zona. (para hacer la ruta).

Freddys Pradena

Libertarios o Anarquistas

por José G. Martínez Fernández.
Aunque el término libertario se aplica a todos aquellos hombres y mujeres que no encasillan herméticamente en una doctrina, y aunque también fue utilizado para mencionar a los libertadores de naciones, el término calza mejor a los anarquistas.
En una entrevista que el célebre novelista portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura, concedió a la periodista chilena Faride Zerán, para la revista ROCINANTE, el gran creador literario señaló: "A veces me denomino un comunista libertario. Hay algo así, hay una tentación y en el fondo no existe ninguna contradicción, porque el comunismo llevado a su expresión última correspondería inevitablemente a la disolución del Estado y, por lo tanto, a la anarquía".
Célebres escritores que fueron ácratas o estuvieron cerca de ese pensamiento son muchos. Baste citar a León Tolstoi y a Víctor Hugo.
Entre los músicos es conocido el caso de Ricardo Wagner.
En la línea filosofal del Anarquismo habría que pensar en Proudhon, el más brillante de los teóricos anarquistas, aunque antes ya habían manifestado ideales similares Platón, Campanella y varios otros grandes pensadores, pero sin llegar a plantear un ideal ácrata global, sino que sólo unos breves esbozos doctrinarios.
El despertar anarquista fuerte se produce fundamentalmente en el siglo XIX. Allí, con la aparición de los libros “¿Qué es la propiedad” de Proudhon y “El manifiesto de la democracia” de Víctor Considerant nace el pensamiento ácrata en debida forma.
Inmediatamente surgirán otros pensadores ácratas que, aparte de teorizar, pondrán en práctica la doctrina libertaria: Miguel Bakunin es el más importante de ellos, y a él le seguirá Kropotkin.
Vendrá una pléyade de grandes ideólogos anarquistas con Sebastián Faure, Errico Malatesta, Francisco Ferrer y otros que encenderán su ideario entre fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Todos ellos eran elementos provenientes de la gran y pequeña burguesía tal como había ocurrido con Bakunin y Kropotkin. Sólo Proudhon, el mayor maestro del ideario, tendrá origen humilde. Malatesta, decían que era, al menos, económicamente rico y otros hablan de que era muy rico.
El pensamiento libertario se sostiene, apenas, con una escasa literatura, porque la poderosa máquina capitalista y la máquina dogmática del materialismo –llámese histórico o dialéctico- le cerraron muchas vías para difundirlo.
La doctrina se ha sostenido en el valor de la individualidad y del apoyo mutuo y ha sido una base fundamental para defender a los sectores más pauperizados de la sociedad.
Sus luchas permitieron la reducción de las horas laborales, las mejoras en los lugares de trabajo, mejoras salariales, el advenimiento de mejores viviendas y otros muchos logros.
No se puede, eso sí, dejar de señalar que el Marxismo hizo su gran aporte en ellas.
En un momento anarquistas y marxistas eran amigos, hasta que Marx se enfrentó con Bakunin en un rico debate de ideas; pero ello no implica que ambos no hayan sellado un mejor sistema para las clases asalariadas de entonces y que sirvió de piso para los subsiguientes batallas por mejorar las condiciones de vida de los más pobres.
Aunque aún subsisten parcelas de miseria importantes en el mundo, no se puede negar que no son lo mismo que hace un siglo, por ejemplo.
Es cierto que la tecnología ayudó mucho al progreso de las capas más empobrecidas, pero de no ser por la existencia de libertarios y socialistas, la cosa habría avanzado a un ritmo menor.
Además, no debemos olvidar lo que dijo un anarquista: “No puede arrogarse el Estado el avance de las ciencias y los logros tecnológicos.
Esos avances se deben, en su absoluta mayoría, a hombres que eran partidarios de las luchas sociales“
.

José G. Martínez Fernández
(FUENTES:
ROCINANTE, revista. Santiago de Chile, junio de 2003.
"¡ANARQUISTAS! Sus hombres, sus ideas, sus luchas". José G. Martínez Fernández. Libro inédito.
)

jueves, 4 de febrero de 2010

Nueva biografía revive el legado de Rolando Alarcón

Pese a haber compuesto clásicos de nuestra canción, sigue siendo el más famoso desconocido de la Nueva Canción Chilena.
por Marisol García - 04/02/2010 - 09:14 (Diario La Tercera)

Hace exactos 37 años, también un 4 de febrero, la úlcera que atormentó los últimos años de Rolando Alarcón le provocó un desangramiento que acabó con su vida. La noticia de su muerte causó impacto nacional, como correspondía a una de las figuras más relevantes de la Nueva Canción Chilena y autor de al menos tres clásicos de nuestra canción popular: Si somos americanos, Doña Javiera Carrera y Mi abuela bailó sirilla. Varias radios alteraron su programación como tributo, largas filas acompañaron el féretro y el Presidente Salvador Allende apareció en el funeral.
Resulta llamativo el contraste entre el reconocimiento público de entonces y la escasa conciencia que hoy existe sobre su importancia. Rolando Alarcón. La canción en la noche (Editorial Quimantú) es la primera biografía publicada sobre el cantautor, asumiendo ese injusto olvido. "El título alude a una discografía prácticamente perdida, a pesar de su gran cantidad de éxitos", explica el periodista Manuel Vilches, quien junto al músico Carlos Valladares entrevistó a más de 50 cercanos, para dar cuenta de su prolífico trayecto profesional y calidez humana. "Parece insólito que aún no exista un intento consistente de reconocer su trabajo y su aporte a la música chilena. Un 'modesto profesor primario' como él mismo se definía, que tuvo enormes méritos, pero que nunca fue amigo de los aspavientos".
La de Alarcón fue "una simpleza folclórica de alto valor", como la define Ángel Parra en el libro. Tampoco se ahorran elogios entrevistados como Eduardo Carrasco (Quilapayún), Camilo Fernández y Pedro Messone. Este último, quien popularizó canciones suyas como Niña sube a la lancha, destaca que "sus canciones se han transformado en himnos nacionales, han hecho escuela".
Dieciocho álbumes engrosan una discografía trabajada junto al grupo Cuncumén, la cantante Silvia Urbina (en el dúo Silvia y Rolando) y, sobre todo, como solista. Su cantautoría alternó la observación del paisaje y las costumbres (Mocito que vas remando, Doña Javiera Carrera) con la reflexión social y política. Las viscisitudes de la izquierda internacional de la época quedaron plasmadas en Carta al Ché o La balada de Ho Chi Minh, pero el músico logró sus versos más emocionantes en la alusión al ansia de libertad e igualdad del ciudadano común, como en El hombre (ganadora del Festival de Viña 1970) o la famosa Si somos americanos, más cerca del sentimiento que de la gran proclama.
Esta biografía no esquiva algunas de las principales polémicas en las que se envolvió su trabajo, incluyendo la censura radial de canciones como Se olvidaron de la patria, bajo el gobierno de Frei, y la homofobia al interior de la jerarquía del PC. En su libro de memorias, De lo vivido y lo peleado, Luis Corvalán reconoce "entre mis pecados tengo el de haberme opuesto, en cierta ocasión, al ingreso del partido de un valioso artista por el solo hecho de que era mariquita". Manuel Vilches cree que Alarcón tuvo el talento pero no el ansia de un artista destinado a la gran fama. "Fue un hombre sencillo, un profesor, a quien la denuncia provocadora nunca se le hizo cómoda. Tomó partido por muchas causas, y muy tempranamente, pero no era lo suyo la provocación ni la pose de vanguardia. Además, fue un hombre muy transversal en sus amistades, poco dogmático". La detallada biografía, hoy en librerías, es un tributo a esa inusual combinación de grandeza y simplicidad.

Marisol García, del diario La Tercera, de Chile.