miércoles, 4 de junio de 2008

¡Salud! ¡Ever Forever!


Everton conquistó la cuarta estrella de su historia al vencer a Colo Colo por 3 goles a 0, en el segundo partido final. El primero, disputado en Santiago, había sido para el elenco albo (2-0), lo que le da más valor a la hazaña del cuadro de Viña del Mar, flamante campeón del Torneo de Apertura 2008 del Fútbol profesional chileno. Doble mérito, ya que no sólo se le ganó al equipo más popular y el más poderoso del país, que venía de obtener cuatro cetros en forma continuada. También se rompió aquel designio que afecta a los equipos de provincias, cuyo camino al éxito se hace más difícil que a los capitalinos debido al absurdo centralismo que impera en Chile, que afecta a los centros de poder y a los medios de comunicación. No me extrañaría leer y/o escuchar que Colo Colo perdió el pentacampeonato en lugar de que Everton ganó su cuarta corona.

El cetro que acaba de ceñirse Everton es más que un simple título. Tiene un significado especial para aquellos que llevamos el “oro y cielo” en los genes, ya sea por asuntos de familia, por determinismo regional o por una vocación de apego al buen fútbol. Esto último, porque, salvo en las últimas dos décadas, había una tradición en el “ever forever”. Esta era que cualquiera fuese su posición en la tabla, siempre conservaba una línea futbolística que priorizaba la estética sobre el pragmatismo; el talento por sobre el utilitarismo; el espectáculo por sobre la necesidad de ganar.

Everton es Viña del Mar. No podría ser de otra manera. Su fútbol “empata” con sus playas, sus avenidas, con la Quinta Vergara, con el Estero Marga Marga, con las viejas victorias, con el Reloj de Flores, con el Cap Ducal, el Castillo Wulff y el Jardin Botánico. Se pasea por la Avenida Perú, va los domingos a la Plaza y termina tomando el aperitivo en el Samoiedo.

Mi padre, Carlos Olivares Vásquez, fue testigo de las gestas de 1950 y 1952, cuando los “guata amarillas” tenían un equipo –dirigido por Martin García y liderado por René Meléndez- comparable con los de Colo Colo ´73 y ´91 y con el Ballet Azul de los ´60. Mi progenitor, de quien heredé mi apego a los “oro y cielo” se jactaba de ser socio accionista del “Ever forever”. Después del título del '52 escribió una cueca dedicada al club, que formaba parte del repertorio del conjunto “Fiesta Linda”, con la inconfundible voz de Carmen Ruiz, el inolvidable Luis Bahamonde, además del guitarrista viñamarino –ahora en Estados Unidos- Ricardo Acevedo. En aquellos tiempos los homenajes se hacían al ritmo de cuecas y tonadas y “La Rueda”, “La Cabaña”, Las Tinajas y “El Rancho Criollo” eran locales en donde el folklore mostraba a sus mejores cultores.

Yo apenas asomaba a la vida, pero más tarde comencé a ser “abonado” a “El Tranque” (así se llamaba El Sausalito antes de que el capricho de un alcalde uniformado le cambiara nombre). Alcancé a ver las últimas voladas de Carlos Espinoza y los albores de Rómulo Betta, Rodolfo Leal, el “canciller” Martínez , Alcaíno, Ricardo Contreras, Adison Aguilar y tantos otros. Disfrute con las diabluras de Máximo Rolón, la pachorra de Víctor Figueredo; el coraje del “Lolo” González; la picardía de José Giarrizo (hizo 6 goles en un partido, ante Audax Italiano, si no me equivoco…estoy a miles de kilómetros de mis archivos). Vi al entonces joven Eladio Rojas, quien al igual que Manuel “Negro” Rojas comenzó como centrodelantero, para después reubicarse en el mediocampo. Era yo un mocete cuando trataba de imitar las voladas de Aguilar en el pórtico de mi Liceo, memorizaba las jugadas de Pedro-Pedro Arancibia; trataba de meter los goles de izquierda con tiros cruzados que acostumbraba a convertir Leonardo Véliz y, en vano, trataba de emular la certeza frente al arco del goleador Daniel Escudero. Recuerdo a mediados de los ´60 una de las grandes delanteras que tuvo Everton: Arancibia, Rojas, Escudero, Begorre y Véliz (En esos tiempos las crónicas daban las formaciones como si los equipos jugaran con cinco delanteros, pero tanto Rojas como Begorre partían de más atrás).

1976, año del tercer título, estuvo lleno de emociones. Yo trabajaba para la Agencia Orbe como Editor de Deportes. Me autodesigné para informar de las definiciones contra Unión Española. No fue un gran problema sacarme la camiseta y vestirme de periodista neutral. Lo logré, pues se trata de un ejercicio que deben practicar muchos reporteros que “tienen su corazoncito”. No se olviden que el gran Julio Martínez era un hincha ilustre de Unión Española. No escondía mi admiración por ese gran mediocampista, quizás uno de los mejores futbolistas que haya dado Viña del Mar: Guillermo “Chicomito” Martínez, a quien las huestes ruleteras todavía veneran (veneramos, mejor dicho).

Este cuarto título me sorprende a miles de kilómetros de Viña. Estaba trabajando mientras Everton goleaba a Colo Colo. Como me encontraba en una oficina, me tuve que conformar sólo con el “marcador virtual” de Radio Cooperativa. Ni pensar en poner el audio, ya que habría espantado a los clientes, quienes no habrían entendido nada (vivo y trabajo en Estados Unidos…por el momento). Imagínense, seguir el partido viendo letras y números sin la emoción del relato de mi amigo Hanz y sin nadie a quien poder abrazar cuando el encuentro se dio por finalizado. En este momento estoy celebrando solo acompañado de una copa de Cavernet Sauvignon (chileno, por supuesto..) No acostumbro a beber, pero la ocasión lo amerita.

¡Salud!

¡Ever forever!
(La foto que encabeza este artículo corresponde al equipo campeón de 1976.)

3 comentarios:

Unknown dijo...

dede

Unknown dijo...

Estimado,

mi nombre es Danny Contreras y soy el periodista que está trabajando en el sitio web oficial de Everton.

Tienes por ahí la cueca que escribió tu padre en MP3. Sería genial poder subirla al sitio como un archivo para descargar.

Saludos
Danny

Ernesto Olivares Perke dijo...

Danny:
¡Qué gran responsabilidad tienes! Te felicito por tener el privilegio de trabajar en ese proyecto. Sobre la cueca, debo reconocer que estaba muy chico y apenas la recuerdo ("Mañana, mañana me voy p al Tranque, a ver, a ver a los evertones"...así empezaba y fue muy popular en los 50´s). Pero hay dos fuentes en tu zona que te pueden ayudar a conseguirla. Una es Carmencita Ruiz, la la legendaria vocalista del grupo "Fiesta Linda" (que la cantaba), quien sigue actuando y mantiene su especial voz. La otra fuente es el dúo "León Ríos", emblemático grupo del folklore en la Quinta Región. Uno de los integrantes, David León, es evertoniano hasta los huesos y seguro que se sabe la cueca. ¡Buena suerte!