por José G. Martínez Fernández.
Gabriel Hernández Anderson fue fusilado en 1982. Está sepultado en Arica. Primero permaneció en un nicho de un cuartel colectivo, hoy está en el mausoleo familiar.
Allí hay varias inscripciones que lo catapultan como “animita”.
En 1983 investigué bastante para mi libro “Calama: el crimen del siglo”, el que sólo pude publicar ocho años más tarde, debido a diversos hostigamientos de los aparatos de seguridad de la dictadura.
En efecto el original “Calama: el crimen del siglo” fue un rehén más en manos de agentes de los aparatos de inteligencia, sufriendo sustracciones de fotografías, cartas y otros documentos importantes; algunos de los cuales, por suerte, tenían copias, que se integraron al libro.
Entre quienes entrevisté para el mismo estuvo el padre de Hernández, abogado de igual nombre que su hijo. Él fue quien luchó en tribunales por Gabriel y sus cómplices. Lucha inútil porque, perdido el caso, Hernández y su mano derecha, Villanueva, fueron fusilados en Calama el 22 de octubre de 1982.
¿Razones de la condena? Secuestro y asesinato de dos bancarios, luego de sustraer una cantidad de dinero que superaba el millón de dólares de Banco del Estado de Chuquicamata, hechos ocurridos a comienzos de 1981.
Hoy, cuando recorro el Cementerio Municipal de Arica, encuentro allí el mausoleo de los Hernández Anderson y en el mismo placas pequeñas que agradecen a Gabriel algún hecho milagroso.
Antes Gabriel Hernández Anderson estuvo sepultado en un nicho de un cuartel del mismo cementerio, al igual como su cómplice Villanueva.
Muchos favores ha concedido el brutal victimario de los bancarios, según el mito popular.
“Gracias Gabrielito por favor concedido”, “Gracias por salvar a mi hijo Manuel” son inscripciones de dos de varias placas, algunas que ya son ilegibles.
Peculiar comportamiento de nuestro pueblo –y de todos los pueblos- el victimizar al victimario…Un comportamiento, obviamente, que no es genérico.
También las víctimas –Martínez y Yáñez- son “animitas” para mucha gente.
Contrapuntos de personas que buscan el propio o cercano bien a través de ciertas solicitudes, razones que este articulista no entiende, pero que mucho respeta.
José G. Martínez Fernández.
lunes, 29 de junio de 2009
sábado, 20 de junio de 2009
¡Adiós, Hortensia!
Por Marcia Campos
Se fue la gran Hortensia Bussi de Allende. Contenida en su pequeño marco, fue la reencarnación del arquetipo de la mujer chilena. Como Javiera Carrera, fue "hermosa, fina, valiente y de mirada orgullosa."
Quedan los reflejos de su vida esparcidos en la memoria de nuestra generación como fragmentos infinitos de un inmenso espejo roto. Ya no está. Se fue. Nos quedamos asombrados al dejar ir una parte de nuestras vidas.
Tencha enterró sola a Salvador Allende, sola, rodeada por militares enemigos. Sola llevo sobre su frágil y amada estructura todo el dolor y la dignidad de nuestra Patria. Frente al sepulcro abierto dijo: "Vengo a enterrar al Presidente Constitucional de Chile. No vengo a enterrar a un hombre; vengo a sembrar semillas."
Tencha hablo por nosotros, no por ella, en esos años de dolor.
Ahora que entra en su propia tumba, junto a Allende, ojalá que sus propias semillas vuelvan a brotar y que vuelva a renacer su espíritu indómito..
Ojalá se aparezca en mis sueños para poder abrazarla una vez más.
Gracias por tu vida, amada Tencha, y gracias a México que nos dio Patria, hogar y amigos en esos días de honda orfandad.
¡Hasta siempre!
Marcia Campos
Se fue la gran Hortensia Bussi de Allende. Contenida en su pequeño marco, fue la reencarnación del arquetipo de la mujer chilena. Como Javiera Carrera, fue "hermosa, fina, valiente y de mirada orgullosa."
Quedan los reflejos de su vida esparcidos en la memoria de nuestra generación como fragmentos infinitos de un inmenso espejo roto. Ya no está. Se fue. Nos quedamos asombrados al dejar ir una parte de nuestras vidas.
Tencha enterró sola a Salvador Allende, sola, rodeada por militares enemigos. Sola llevo sobre su frágil y amada estructura todo el dolor y la dignidad de nuestra Patria. Frente al sepulcro abierto dijo: "Vengo a enterrar al Presidente Constitucional de Chile. No vengo a enterrar a un hombre; vengo a sembrar semillas."
Tencha hablo por nosotros, no por ella, en esos años de dolor.
Ahora que entra en su propia tumba, junto a Allende, ojalá que sus propias semillas vuelvan a brotar y que vuelva a renacer su espíritu indómito..
Ojalá se aparezca en mis sueños para poder abrazarla una vez más.
Gracias por tu vida, amada Tencha, y gracias a México que nos dio Patria, hogar y amigos en esos días de honda orfandad.
¡Hasta siempre!
Marcia Campos
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jueves, 11 de junio de 2009
GRAMMA: LA POÉTICA DE DANIEL ROJAS O EL DISCURSO DIFÍCIL
Por José Martínez Fernández.
Daniel Rojas Pachas es un poeta del norte de Chile (hijo de peruana y de chileno) que empieza a destacar con muy altas luces en el hacer lírico de esa zona.
Demasiado joven –nació en 1983- y luego de haber estudiado Derecho enfiló sus intereses por su verdadera vocación: la literatura.
Es así como Daniel Rojas es profesor de literatura, director de una revista literaria y de un naciente grupo cultural llamado Cinosargo.
Aunque destaca mucho en el análisis literario su presencia en la poesía no es menor.
Acaba de publicar Gramma, libro de pocas páginas, en que trata de construir una poética desde el ángulo de la palabra.
El mismo lo deja así establecido en su libro: “(…) yo escribo para y por el texto, no puedo pensar en personas y épocas, sólo en el infinito proceso de lectura y escritura, que no son las caras de una misma moneda…sino una cara que cambia de foco, se mixtura o quiebra de acuerdo al punto en que me halle…”
Es decir Daniel Rojas Pachas nos anuncia que el lector se enfrentará a un texto difícil. Y ese texto lo será de principio a fin.
Queda demostrado que el poeta no persigue entregar al lector su poesía de “un golpe”, sino que exigirá a su lector un trabajo de desconstrucción y construcción de sus versos.
Mucha originalidad hay en Gramma.
Quiero reproducir parte del texto final del libro:
“Los días son la ilusión y la guillotina se acerca, ¿qué dices?... qué…aún no te cuentan esa historia. Dios Santo diría si creyese, si fuese aún posible tener fe en algo …que falta de cortesía de mi parte…pero descuida yo haré las presentaciones, no sé si lo recuerdes…probablemente no habrás nacido, pero a mí…me mandaban a dormir con la imagen de hombres practicando tiros sobre el cuerpo de esos críos… eso era lo correcto”
Lo copiado es parte textual sencilla del trabajo de Daniel Rojas. Su Gramma es un texto, reiteramos, complicadísimo.
Un espacio lleno de palabras en que ustedes y yo debemos entrar con nuestros conocimientos y nuestra sensibilidad para intentar entender lo que el poeta nos quiso decir.
J.M.F.
Daniel Rojas Pachas es un poeta del norte de Chile (hijo de peruana y de chileno) que empieza a destacar con muy altas luces en el hacer lírico de esa zona.
Demasiado joven –nació en 1983- y luego de haber estudiado Derecho enfiló sus intereses por su verdadera vocación: la literatura.
Es así como Daniel Rojas es profesor de literatura, director de una revista literaria y de un naciente grupo cultural llamado Cinosargo.
Aunque destaca mucho en el análisis literario su presencia en la poesía no es menor.
Acaba de publicar Gramma, libro de pocas páginas, en que trata de construir una poética desde el ángulo de la palabra.
El mismo lo deja así establecido en su libro: “(…) yo escribo para y por el texto, no puedo pensar en personas y épocas, sólo en el infinito proceso de lectura y escritura, que no son las caras de una misma moneda…sino una cara que cambia de foco, se mixtura o quiebra de acuerdo al punto en que me halle…”
Es decir Daniel Rojas Pachas nos anuncia que el lector se enfrentará a un texto difícil. Y ese texto lo será de principio a fin.
Queda demostrado que el poeta no persigue entregar al lector su poesía de “un golpe”, sino que exigirá a su lector un trabajo de desconstrucción y construcción de sus versos.
Mucha originalidad hay en Gramma.
Quiero reproducir parte del texto final del libro:
“Los días son la ilusión y la guillotina se acerca, ¿qué dices?... qué…aún no te cuentan esa historia. Dios Santo diría si creyese, si fuese aún posible tener fe en algo …que falta de cortesía de mi parte…pero descuida yo haré las presentaciones, no sé si lo recuerdes…probablemente no habrás nacido, pero a mí…me mandaban a dormir con la imagen de hombres practicando tiros sobre el cuerpo de esos críos… eso era lo correcto”
Lo copiado es parte textual sencilla del trabajo de Daniel Rojas. Su Gramma es un texto, reiteramos, complicadísimo.
Un espacio lleno de palabras en que ustedes y yo debemos entrar con nuestros conocimientos y nuestra sensibilidad para intentar entender lo que el poeta nos quiso decir.
J.M.F.
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miércoles, 3 de junio de 2009
El Tiempo Escondido
Por Fredys Pradena
Limache, noche del Martes 03 de Marzo 2009
-¡Buenas noches, hijo!
-Buenas noches, mamá.
-Yo me voy temprano a la cama, ya sabes, me da pena no acompañarte, pero...
-No se preocupe mamita, veré la tele.
-Espero no te aburras...
Me acomodo en el sofá del salón y comienzo con los canales argentinos de fútbol; largo resumen de las ligas transandinas y europeas; luego, otro repaso a las noticias con el nuevo canal CNN Chile.
-¿Y si mejor me voy a la cama y me entretengo con la radio...?
Pero antes, lo que estoy haciendo todas las noches… todas las noches en que el cielo es transparente. Apago las luces que dan al exterior. La obscuridad en el huerto es imponente.
Mis sentidos, al máximo. Escudriño las sombras de los árboles como un felino, pero sin ver nada. Huelo, escucho y luego miro al cielo. ¡Santo Dios! ¡Qué hermoso!
El sobrecogimiento espiritual que ante tanta magnitud de seguro provocó en el hombre de las cavernas se renueva en mí. En una cúpula infinita de fondo obscuro y limpio, miles de estrellas insinuando trazados de lo que yo quiera imaginar. Son las señales del cielo que nos dirán alguna vez la verdad. La Vía Láctea, de una nitidez impresionante, Las tres Marías, la Cruz del Sur, nebulosas y más y más estrellas.
Extasiado de tanta belleza y aturdido de tantas preguntas, regreso a casa.
Para ir al baño debo de pasar por la puerta que da a la habitación que sirvió de estudio a mi hermano menor y que Mamá intenta conservar igual. Entreabierta, algo misterioso me invita a pasar. Arrinconado a la derecha, un sofá cama casi tapado por enormes cajas de cartón. Estas contienen libros y revistas médicas que mi hermano envía de Canadá. Maletas apiladas. En las paredes, muchas máscaras que Nelson ha ido coleccionando de sus viajes más exóticos. De África, de Asia, del Altiplano. No me gustan nada, son diabólicas. Y ahora de noche, menos. No las miro mucho por temor a ver algo en los agujeros de los ojos.
Cubriendo una de las paredes, una destartalada estantería repleta de libros viejos. En realidad todo lo que contiene este mueble, remedo de librería, es antiguo. Por lo visto mi madre ha considerado que es el cementerio apropiado para dejar morir las cosas inútiles: Libros antiguos, álbumes de fotografías, cajitas con cartas, postales de todo tipo, discos de vinilo y más cosas sin uso.
Siento la misma tentación que adentrarme en una estación de trenes.
Mis manos de prestidigitador van sacando objetos que no son lo de ahora, sino lo que fueron.
A lo mejor, la limpieza se hace, pero obviamente será por encima, porque voy sintiendo los dedos impregnados de polvo. El polvo del tiempo que se apodera de todo.
En la última balda, casi escondido, un cuaderno grande, de gastado color gris y roídas tapas de cartón. Me llama la atención. De lo más profundo mi corazón me avisa que estoy ante algo excepcional. Lo cojo con delicadeza y antes de abrirlo espero que mi cerebro procese...
Este cuaderno lo conozco, este cuaderno fue mío... Lo abro con si fuera un texto sagrado. Siento una expectación insólita. Me abruma el interés, me aterra lo que pueda encontrar.
Del cuaderno sólo están las tapas. Dentro, amarillentas hojas arrancadas de un diario de vida.
¡Oh, Dios mío! ¡Si es mi diario El que comencé a escribir a los 17 años... en Talcahuano...
Entre las hojas sueltas, (Revueltas y mal cortadas) relatos; borradores de cartas, llenas de tachones, anotaciones y mis dibujos. El corazón se me paraliza cuando descubro unos sobres pequeños cuya letra reconozco de inmediato. Son cartas de mi primer amor. ¡Que intensa emoción! Y casi no doy crédito a otro milagro, dentro de una de las cartas, dos fotografías nuestras. Las únicas fotos que nos tomamos y que creía perdidas para siempre. Me pregunto si estaré soñando.
Como un furtivo tomo el tesoro y huyo de la habitación. Al apagar la luz veo de reojo que una de las máscaras, con una mueca horrorosa, se burla de mí.
En un ritual extraño, extiendo los papeles con suavidad en la cama, y poso la mano encima de una hoja de cuaderno escrita con letras rojas. Es la primera carta del amor de mi vida, de mi sueñito.
Paso el umbral de la realidad y el tiempo, y comienzo a leer, como si acabara de recibirla:
Talcahuano 15 de octubre de 1960
Estimado Freddy:
Son las 10,30 horas, estoy en recreo y me he puesto a escribirte esta carta, que espero sea de tu agrado
Bueno Freddy, por medio de estas líneas te diré el amor que siento por ti, ya que personalmente no encuentras que te lo demuestro.
Perdóname que te diga, pero estoy en duda por lo que me contaron una niñas, que tú estabas pololeando con otra chiquilla. Yo te agradecería fueras franco y sincero y me digas la verdad, porque no quiero hacer un papel ridículo ni menos ser burla de ustedes.
Freddy, espero que procedas correctamente y no le divulgues a nadie lo que te digo. Porque nadie se debe de enterar de esto. Solamente tú debes saber que te quiero.
Por ahora no puedo escribirte más, porque faltan dos minutos para que toquen la campana para entrar a clases.
Perdona la letra, pero es la prisa. Además, no debe tener importancia, porque lo que vale es el amor. Nada más ¿No te parece?
Se despide de ti, Tú (Tachado) Gloria
(Fragmento de un borrador de carta a Gloria) (Octubre 1960)
Mi vida, en esta quiero dejar bien en claro la incertidumbre que dices tener. Lo escribes en tu carta (La primera) que estás en duda por lo que te contaron unas niñas respecto a mí.
Me pides que sea franco y sincero, pero amor mío, cómo te puedes imaginar tales cosas. No te has dado cuenta de lo que he tenido que pasar para llegar a tu lado. Burlarme de tí, sería igual que burlar mi creencia en Dios.
No lo niego, antes de conocerte, tuve varias amigas, pero nunca me había enamorado ¡Créemelo!
Ahora es distinto, no hice más que conocerte y sentí algo nuevo en el pecho que me dolía y me agradaba al mismo tiempo. Me conformaba con amarte en silencio, pero cada vez iba sintiendo que te quería más y no lo pude soportar hasta que te lo dije.
Soy sincero y lo repito: Eres la única.
Freddy
Borrador de carta a Gloria. ( Noviembre 1960)
Mi sueñito: Te estoy escribiendo desde el colegio, y por la ventana veo encresparse el mar cercano. Es un día nublado, está lloviznando lo que me hace sentir más triste y desesperado. Me has robado la calma, porque sólo pienso en tí, donde veo algo hermoso veo tu rostro. Pero ahora me estoy torturando...si supieras.
...
¡Que impotencia mi Gloria! Nuestro amor es una rosa florecida en una noche de tormenta. Nosotros somos pétalos que el frío y el viento cruel quiere destruir. Sólo nos salvará la alborada, cuando salga el sol...pero ¿Alcanzaremos a llegar? O sólo de lo nuestro quedaran espinas con gotas de lágrimas.
...
Quiera Dios que nuestras promesas no sean en vano, para demostrar al mundo cuánto nos amamos.
Sólo Dios sabe cuanto nos queremos y que nunca hemos hecho nada malo..
He llenado de besos tus cartitas, las he leído una y mil veces para no borrar de mi mente que de tus manos salió un “te amo”.
Siempre tuyo. Hasta la muerte. Freddy.
Comienzo a leer un diario escrito con tinta azul. Con inequívoco estilo de estudiante: Letra clara, redacción simple.
Un fragmento escrito en Diciembre de 1960, es decir cuando tenía 17 años y ocho meses. Dice así:
Hoy es 28 de Diciembre 1960, creo que son las seis de la tarde, de una tarde que ha sido calurosa. Ha sido un día muy bonito, bueno... bonito para los que no tienen problemas como yo. Anoche me acosté como a las dos por tener que terminar unos dibujos que tenía que presentar para mi examen de Dibujo Técnico. Me levanté a las siete, porque más temprano no habría podido. Estaba agotado, me dolía la espalda. Antes del desayuno ya estaba encima del tablero de dibujo. El examen era a las diez.
Eran las diez y yo no salía de casa por culpa de una camisa (de mi padre) que me quedaba grande.
Ya en el paradero de microbuses tuve que tomar una de las que van a Concepción, porque las urbanas, mejor ni hablar. Me cobraron por las 10 cuadras el pasaje completo, o sea ¡70 pesos!
Llegué y me hicieron el examen. Estaban atrasados ¾ de hora. Fue corto. Me presentaba con un 3,66 y me pusieron un triste y simple 3. No salí nada de contento.
Me vine a casa caminando con la intención de ver a mi Gloria. Como siempre no la vi. Solo me encontré con su amiguita que me contó puras quejas: Que a mi amor no solo la retaron, sino también le pegaron por salir conmigo. Todo por mi culpa. Y más cosas, una conversación de lo más estúpida por parte de ella.
Bueno, después del almuerzo me quedé solo, porque mamá, mis hermanos y los vecinos de al lado fueron a bañarse, o sea a la playa.
Pasé al "limpio" el resto del cuaderno de Electricidad (Gracias a que me prestaron uno).
Como a las cuatro salí de casa, porque el calor me ahogaba. Fui nuevamente a San Vicente, a la casa de un compañero. Habíamos quedado de estudiar juntos. Me fue mal . No estaba. Pero coincidí con otro que me dijo estudiaríamos juntos en la escuela.
Otra ves traté de ver a mi Gloria. Sólo me encontré con la empleada doméstica que me dijo que andaba en Concepción.
Volví a casa. Tomé una abundante once y me propuse estudiar.
Pero no me entra nada. No sé si será por el calor o los nervios. De sólo pensar que si mañana salgo mal en el examen que me resta, dejo de ser un muchacho feliz y revoltoso. Dejo de ser un estudiante enamorado ¿Por qué? En primer lugar, no podre volver a repetir, ¡porque ya soy repitente!
Ya he salido mal en dos exámenes, lo que el coeficiente suma 10 puntos y si salgo mal mañana se completan los 15 puntos. Lo suficiente para expulsarme. Me echan, y como decía no podre repetir. No podre entrar a ninguna Escuela Industrial. Pierdo para siempre la posibilidad de tener una profesión con título. Ya no sería alguien a respetar. Mi futuro destrozado, la vida actual puede cambiar. No quiero ni pensar que dirán o que harán conmigo mis padres. De seguro... ¡Quizás! Quién entiende a los padres Y lo que es peor mis sueños truncados.
Estoy desesperado, tiemblo como un perro de sólo pensar. Y ahora en vez de estudiar, escribo.
Mis sueños por las noches son exámenes, profesores, cuadernos, fórmulas y más fórmulas De Química, de Matemáticas, mi cabeza ya no da más.
Pero este es el decisivo, el último. Me dan ganas de hacer una promesa de portarme bien, de estudiar más, pero ahora de qué me sirve. Pienso y pienso y es peor. Si salgo mal seré en el futuro un mal elemento para mi patria. Una vergüenza para mi familia. Y yo que pensaba que un día sería algo bueno.
Si salgo mal no se a quien echarle la culpa. A mis padres por despreocuparse de mí. Mi madre fue una vez en todo el año al colegio y mi padre ninguna. Con eso de que siempre esta navegando. O a mi polola. Bueno no puedo decir que perdí el tiempo con ella, porque no nos vemos.
Para colmo de las desgracias ella salió mal, tal como lo vaticinó su hermano mayor cuando nos sentenció a los dos. Y aún no se lo ha dicho a sus padres. Cuando lo sepan me van a echar la culpa a mí. Todo indica que sólo yo tengo la culpa.
Pero si este año le puse algo de empeño. No encuentro que me porte tan mal.
¡Creo que mejor le echaré la culpa a la mala suerte!
Bueno todavía estoy en oportunidad de salvarme, y si no, mejor es matarme, hay tantos métodos, con Gloria hablamos de matarnos, ella prefiere el veneno. También de fugarnos. Pero si nos pillan ¡Pobre de mí! Ahora decir la verdad, eso nunca. Conocieran todos a mi mamá, si me reta por todo. La última porque dejé sólo un segundo la tetera caliente sobre el mantel de plástico.
Creo que mejor es morirme, creo que no se pierde mucho. Valgo tan poco. No le hago falta a nadie en casa. Al contrario sirvo para molestar a mis hermanos no más. Al principio me echarían un poco de menos, pero después se alegrarían. Les conozco.
Si salgo mal ¡Dios mio, no quiero salir mal! Qué daría por salir bien. ¡Ah! si saliera bien...
Esta carta la escribió Gloria después de que sus hermanos Moncho y Terry me acorralaron en un callejón, y mientras Terry me sujetaba, el mayor me golpeaba. Tuve que ir a la playa cercana a quitarme la sangre de la cara.
22 Mayo 1961 (Carta)
Freddy querido: Primeramente te ruego me perdones por lo ocurrido, ya que he sido yo la culpable de todo. Pero lo que puedo decirte es que te quiero mucho, aunque tú no lo permitas, pero me comprenderás que no puedo ordenar mi corazón, pues me dice que te ama y es a tí a quien pertenece.
Creo que esta carta sera nuestra triste despedida, por ello estoy llorando de amargura al pensar que por el incomprensivo de mi hermano lo nuestro será destruido. Que triste sera para mi.
Son las 0,35 horas, estoy completamente sola, acostada en el mi dormitorio que da vista a la calle. Imagínate.
Cariño, cómo estaré que no se si tiemblo de frío o de nervios , pero estoy tiritando.
Te ruego no me guardes rencor porque entonces seria ilimitado mi sufrimiento.
Estoy segura que habrás maldecido el momento que me dijiste que nuevamente saliera, pero no busques sólo tu felicidad sino también haz feliz a los demás, yo soy feliz estando a tu lado.
Mi conciencia me dice que yo soy la culpable de todo. Te repito me perdones. ¡Ay, que sufrimiento!.
...en cada línea que escribo sobre esta hoja hago suspensivo y pienso en ti. Pero creo que es soñar demasiado. Pienso también que aunque quisiera olvidarte no lo conseguiría jamas. ¿Por qué? Porque a tí te quiero y estoy segura que nunca había sido tan inmenso mi amor.
Cariño, miro tu fotografía a cada instante, me siento feliz guardando el amor mas sublime.
Gloria.
Jueves 31 de Agosto 1961 (Diario)
Hoy ha sido un día más para mi vida y para mi romance. Destaco un día más para mi romance, porque me ha sucedido un anécdota que sólo a una pareja de enamorados le puede pasar:
Esta tarde el cielo se presentaba algo gris, pero daba la impresión que despejaría.
Salí de casa optimista. Se acaba por fin este mes de Agosto. ¡Adiós lluvias! Hoy salgo sin abrigo. Voy a ver a mi polola.
Llegué hasta donde ella se baja del autobús y la esperé. Eran veinte minutos para las ocho.
Un viento helado, típico de este puerto comenzó a enfriarme la cara y las manos. ¡Ay, apúrate micrito!
Por fin apareció mi adorado tormento. Bajó del autobús y pude hablar con ella. Dos noches que no nos veíamos y me parecía una eternidad.
Quiero estar contigo mi amor. Supliqué.
Voy a tratar de salir, me contestó Y por fin algo que me devolvía a la vida, sus tibios labios se posaron de improviso en los míos.
Al rato salió, y para que no fueran a darse cuenta que andaba conmigo, tenia que ir a casa de una compañera del colegio. Fuimos y a esperar, otra vez.
Pero de pronto un enceguecedor relámpago, seguido de un formidable trueno. En segundos comenzaron a caer gotas de lluvia. Ella todavía no salia y yo sin abrigo. Esta si que es mala suerte, pensé. Y comencé a maldecir el cielo. Si llovía ahora, ella se iba ir para su casa y yo después de esperarla tanto mi iba a quedar plantado, entumido y mojado.
Pero...¡Diablo! Estas mujeres se hacen esperar tanto...
Y ya las gotas eran más tupidas.
Por fin apareció y lo imaginado, querer irse rapidito a casa.¡Nada de cuento! Tú vienes ahora conmigo. Y la tomé de la mano para salir corriendo a un lugar que había pensado no nos mojaríamos.
Lo justo para llegar a un portal donde sobresalía un alero, para intentar capear la anunciada tormenta. Se obscureció más todavía. Los relámpagos unos tras otro hacían blanquear la calle entera, y los truenos removían el suelo. La mas torrencial lluvia se dejó caer.
Esta vez ella no tenía que mojarse. El hueco encontrado servía para algo, no se mojaba su cabecita y su cuerpo lo cubría con el mio.
Al tenerla tan cerca noté que temblaba. Y en sus ojos vi el miedo a la tormenta.
Si, tenía miedo aunque yo estuviera a su lado. ¿Cómo era posible?.
Cierra los ojos mi amor, le dije. La abracé con fuerza y la besé. Sus labios estaban fríos y temblorosos, pero mi boca fue buscando poco apoco con más pasión la suya. Puse todo mi amor y todo mi calor. Apretando al principio con dulzura hasta sentir después, que nos envolvía esa bendita locura. El fuego que ardía en nuestros jóvenes corazones era superior a la inclemencia del tiempo.
La lluvia incesante, la calle vacía.
Y en un rincón oscuro, apenas iluminado por un farol, ahora reíamos y nos parecía todo divertido.
Al rato calmó un poco y la fui a dejar cerca de su casa.
Como siempre no me quería separar. Nos besábamos dándonos varias veces las buenas noches, cuando nuevamente se puso a llover.
Recién ahí me di cuenta que al quedar al descubierto me había mojado toda la espalda. Corrí hacia el paradero. Cuando vi el micro me registré los bolsillos para el pasaje y no tenía nada. ¡Ni un centavo! Qué diablos, había que caminar. Me subí el cuello del vestón y con una mano tapándome el cuello y la otra en los bolsillos, emprendí el regreso.
Al pasar por una parte oscura, vi a una pareja acurrucada en una mampara. Me sonreí y por volverlos a mirar ¡Zás! Meto el pié en una poza. ¡Esto me pasa por mirar donde no debo!
Totalmente mojado pero feliz llegue a casa.
Son más o menos las diez de la noche, escribo en la cama.
Mamá está preocupada porque cree que he cogido un resfriado.
Jueves 14 de Septiembre de 1961. (Diario)
Esta tarde como a las tres y cuarto me junté con mi amor. Ha sido una suerte, porque es tan difícil quedar con ella.
Decidimos dar un paseo. Un largo paseo por la playa de la bahía de San Vicente.
Estaba más hermosa que nunca. Después de caminar por la arena, orillando las olas, llegamos a un lugar que parecía propicio para descansar.
Me quité la chaqueta, porque la temperatura era muy agradable y la tiré a la arena. Aspire profundo, deleitándome con el aire marino.
Observé nuestro alrededor para situarme y admirar el paisaje. El cielo gris y cubierto teñía también la mar tranquila.
Un pesquero de alta mar entraba por la bocana perseguido por bandadas de gaviotas.
También pude comprobar que nos habíamos alejado bastante de la caleta de pescadores.
¡Por fin estábamos solos!
Le iba a decir a Gloria que mirara al horizonte y me encontré con sus ojos.
Los ensoñadores ojos de mi Gloria brillan ahora de forma extraña. No me había escuchado, ni siquiera se había fijado en el paisaje. Qué estúpido me sentí. Junto a mí tenía algo mucho mas bonito y real que un paisaje: En forma de mujer, hermosa y seductora. La muchacha soñada.
Sujetando fuerte con mis manos su cintura la atraigo hacia mí. Sus labios están húmedos. Los beso con delicadeza primero, pero están tan sensuales que continuo besándolos cada vez con más pasión.
Poco a poco se van doblando nuestras piernas , y vamos cayendo en la tibia arena.
Con sus brazos me atrae hacia ella y me aprieta mas aún...
Miércoles 20 de Septiembre 1961 (Fragmento de carta escrita a Gloria)
...Y también fue una noche inundada de luz de luna, con olor a rosas y madreselvas, cuando tus labios se abrieron para dejar escapar una palabra en la que decías que como yo, me amabas.
Amar y ser amado. Desperté de una angustiosa pesadilla a la más hermosa realidad.
Gracias a que te daban permiso para ir a la Novena pudimos disfrutar nuestras primeras noches de primavera bajo un cielo de estrellitas, junto al rosal de rosas blancas que está detrás de la iglesia de San Pedro. Tomados de la mano, mis labios recibiendo el calor y las caricias de los tuyos. Nuestros corazones unidos por el invisible lazo del amor.
Del verano nos queda el murmullo del mar. Del Otoño la amarillenta hoja que vimos caer de los árboles de tu calle. Del Invierno, la lluvia fría que mojó tu carita.
Nuestro romance, estoy seguro, aunque joven seguirá con el tiempo.
Si ayer nos amamos, y hoy nos amamos, nos amaremos mañana.
Domingo 24 de Septiembre 1961 (Tarjeta)
Hoy es un día muy especial, desde la mañana llueve despacito, como a tí te gusta: Finas gotitas de agua resbalan por hojas y flores y caen dulcemente a la tierra. Un vientecillo lleno de aromas anuncia la Primavera.
Hoy cumples 16 años, que en tí representan lo más divino y hermoso de la adolescencia.
Amor mío, cómo me habría gustado pasarlo a tu lado, para disfrutar juntos del regalo que te hace la naturaleza. Pero estoy alegre, el ser que amo cumple 16 años.
Quiero que seas muy feliz.
Son los deseos del que te ama con todo su corazón y que velará para que tu dicha sea infinita. Tu Freddy
Tres y media de la madrugada. Han pasado varias horas. Dejo la fotografía donde estamos los dos, junto a la lámpara, la miro a ella por última vez, y apago la luz.
Tendido en la cama, con el cuaderno como estaca en el pecho, resucito la sensación de ser feliz y desgraciado al mismo tiempo. Siento como una gracia póstuma, la emoción de amar.
El alma de un hombre mayor se escapa de mi boca en un quejido. Algo tibio corre por mis mejillas. Afuera la noche debe ser inmensa.
Aún queda mucho por leer, la etapa a prueba de fe de nuestra separación reflejada en una treintena de cartas suyas, y otros tantos borradores míos.(¿Qué habrá sido de mis cartas?) La maldita separación. La mil veces maldecida separación, donde la correspondencia, las letras valían más que los hechos. Juramentos, promesas, viajes realizados y frustrados. Mínimos momentos de felicidad y muchos de sufrimiento.
Pero ahora quiero dormirme, en las cartas leídas ella me dice que me ama. Y es lo único que necesita saber el adolescente que esta noche me ha suplantado, para seguir soñando.
Amor de mi vida , que serás mi muerte.
Aduérmame tu voz languidecida
sintiendo que tu mano perfumada
borra de mi frente del dolor el ceño
y viendo una vez más la luz querida
que puso el Hacedor en tu mirada
Cierre mis ojos de la muerte el sueño.
-No iras a llevarte esto, hijo.
-Mamá, a quién más le pueden importar estas cosas más que a mí.
Además, esto ocurrió hace 50 años.
(Aquí esta el comienzo de una historia, que le faltaba el final).
Gloria se casó y tiene tres o cuatro hijos, su marido es Pastor evangélico, ella ha abrazado con fuerza la religión. Me lo dijo con solemnidad su hermano Carlos, ahora en La Pintana. Se han ido a vivir a Calama, bueno más bien dicho al Desierto de Atacama. La intención es evangelizar a los obreros e indígenas que por ahí quedan.
(Me la imagino con sandalias, una túnica larga y gastada. Una túnica que se mimetiza con la sal de la tierra. Que fue blanca y que ahora hace juego con su pelo suelto y blanco. Camina por el desierto y se detiene en los pueblos fantasmas, va predicando el Evangelio). No debe tener la conciencia tranquila. Busca la paz en la religión y en el desierto.
No creo que Dios la perdone.
Limache, noche del Martes 03 de Marzo 2009
-¡Buenas noches, hijo!
-Buenas noches, mamá.
-Yo me voy temprano a la cama, ya sabes, me da pena no acompañarte, pero...
-No se preocupe mamita, veré la tele.
-Espero no te aburras...
Me acomodo en el sofá del salón y comienzo con los canales argentinos de fútbol; largo resumen de las ligas transandinas y europeas; luego, otro repaso a las noticias con el nuevo canal CNN Chile.
-¿Y si mejor me voy a la cama y me entretengo con la radio...?
Pero antes, lo que estoy haciendo todas las noches… todas las noches en que el cielo es transparente. Apago las luces que dan al exterior. La obscuridad en el huerto es imponente.
Mis sentidos, al máximo. Escudriño las sombras de los árboles como un felino, pero sin ver nada. Huelo, escucho y luego miro al cielo. ¡Santo Dios! ¡Qué hermoso!
El sobrecogimiento espiritual que ante tanta magnitud de seguro provocó en el hombre de las cavernas se renueva en mí. En una cúpula infinita de fondo obscuro y limpio, miles de estrellas insinuando trazados de lo que yo quiera imaginar. Son las señales del cielo que nos dirán alguna vez la verdad. La Vía Láctea, de una nitidez impresionante, Las tres Marías, la Cruz del Sur, nebulosas y más y más estrellas.
Extasiado de tanta belleza y aturdido de tantas preguntas, regreso a casa.
Para ir al baño debo de pasar por la puerta que da a la habitación que sirvió de estudio a mi hermano menor y que Mamá intenta conservar igual. Entreabierta, algo misterioso me invita a pasar. Arrinconado a la derecha, un sofá cama casi tapado por enormes cajas de cartón. Estas contienen libros y revistas médicas que mi hermano envía de Canadá. Maletas apiladas. En las paredes, muchas máscaras que Nelson ha ido coleccionando de sus viajes más exóticos. De África, de Asia, del Altiplano. No me gustan nada, son diabólicas. Y ahora de noche, menos. No las miro mucho por temor a ver algo en los agujeros de los ojos.
Cubriendo una de las paredes, una destartalada estantería repleta de libros viejos. En realidad todo lo que contiene este mueble, remedo de librería, es antiguo. Por lo visto mi madre ha considerado que es el cementerio apropiado para dejar morir las cosas inútiles: Libros antiguos, álbumes de fotografías, cajitas con cartas, postales de todo tipo, discos de vinilo y más cosas sin uso.
Siento la misma tentación que adentrarme en una estación de trenes.
Mis manos de prestidigitador van sacando objetos que no son lo de ahora, sino lo que fueron.
A lo mejor, la limpieza se hace, pero obviamente será por encima, porque voy sintiendo los dedos impregnados de polvo. El polvo del tiempo que se apodera de todo.
En la última balda, casi escondido, un cuaderno grande, de gastado color gris y roídas tapas de cartón. Me llama la atención. De lo más profundo mi corazón me avisa que estoy ante algo excepcional. Lo cojo con delicadeza y antes de abrirlo espero que mi cerebro procese...
Este cuaderno lo conozco, este cuaderno fue mío... Lo abro con si fuera un texto sagrado. Siento una expectación insólita. Me abruma el interés, me aterra lo que pueda encontrar.
Del cuaderno sólo están las tapas. Dentro, amarillentas hojas arrancadas de un diario de vida.
¡Oh, Dios mío! ¡Si es mi diario El que comencé a escribir a los 17 años... en Talcahuano...
Entre las hojas sueltas, (Revueltas y mal cortadas) relatos; borradores de cartas, llenas de tachones, anotaciones y mis dibujos. El corazón se me paraliza cuando descubro unos sobres pequeños cuya letra reconozco de inmediato. Son cartas de mi primer amor. ¡Que intensa emoción! Y casi no doy crédito a otro milagro, dentro de una de las cartas, dos fotografías nuestras. Las únicas fotos que nos tomamos y que creía perdidas para siempre. Me pregunto si estaré soñando.
Como un furtivo tomo el tesoro y huyo de la habitación. Al apagar la luz veo de reojo que una de las máscaras, con una mueca horrorosa, se burla de mí.
En un ritual extraño, extiendo los papeles con suavidad en la cama, y poso la mano encima de una hoja de cuaderno escrita con letras rojas. Es la primera carta del amor de mi vida, de mi sueñito.
Paso el umbral de la realidad y el tiempo, y comienzo a leer, como si acabara de recibirla:
Talcahuano 15 de octubre de 1960
Estimado Freddy:
Son las 10,30 horas, estoy en recreo y me he puesto a escribirte esta carta, que espero sea de tu agrado
Bueno Freddy, por medio de estas líneas te diré el amor que siento por ti, ya que personalmente no encuentras que te lo demuestro.
Perdóname que te diga, pero estoy en duda por lo que me contaron una niñas, que tú estabas pololeando con otra chiquilla. Yo te agradecería fueras franco y sincero y me digas la verdad, porque no quiero hacer un papel ridículo ni menos ser burla de ustedes.
Freddy, espero que procedas correctamente y no le divulgues a nadie lo que te digo. Porque nadie se debe de enterar de esto. Solamente tú debes saber que te quiero.
Por ahora no puedo escribirte más, porque faltan dos minutos para que toquen la campana para entrar a clases.
Perdona la letra, pero es la prisa. Además, no debe tener importancia, porque lo que vale es el amor. Nada más ¿No te parece?
Se despide de ti, Tú (Tachado) Gloria
(Fragmento de un borrador de carta a Gloria) (Octubre 1960)
Mi vida, en esta quiero dejar bien en claro la incertidumbre que dices tener. Lo escribes en tu carta (La primera) que estás en duda por lo que te contaron unas niñas respecto a mí.
Me pides que sea franco y sincero, pero amor mío, cómo te puedes imaginar tales cosas. No te has dado cuenta de lo que he tenido que pasar para llegar a tu lado. Burlarme de tí, sería igual que burlar mi creencia en Dios.
No lo niego, antes de conocerte, tuve varias amigas, pero nunca me había enamorado ¡Créemelo!
Ahora es distinto, no hice más que conocerte y sentí algo nuevo en el pecho que me dolía y me agradaba al mismo tiempo. Me conformaba con amarte en silencio, pero cada vez iba sintiendo que te quería más y no lo pude soportar hasta que te lo dije.
Soy sincero y lo repito: Eres la única.
Freddy
Borrador de carta a Gloria. ( Noviembre 1960)
Mi sueñito: Te estoy escribiendo desde el colegio, y por la ventana veo encresparse el mar cercano. Es un día nublado, está lloviznando lo que me hace sentir más triste y desesperado. Me has robado la calma, porque sólo pienso en tí, donde veo algo hermoso veo tu rostro. Pero ahora me estoy torturando...si supieras.
...
¡Que impotencia mi Gloria! Nuestro amor es una rosa florecida en una noche de tormenta. Nosotros somos pétalos que el frío y el viento cruel quiere destruir. Sólo nos salvará la alborada, cuando salga el sol...pero ¿Alcanzaremos a llegar? O sólo de lo nuestro quedaran espinas con gotas de lágrimas.
...
Quiera Dios que nuestras promesas no sean en vano, para demostrar al mundo cuánto nos amamos.
Sólo Dios sabe cuanto nos queremos y que nunca hemos hecho nada malo..
He llenado de besos tus cartitas, las he leído una y mil veces para no borrar de mi mente que de tus manos salió un “te amo”.
Siempre tuyo. Hasta la muerte. Freddy.
Comienzo a leer un diario escrito con tinta azul. Con inequívoco estilo de estudiante: Letra clara, redacción simple.
Un fragmento escrito en Diciembre de 1960, es decir cuando tenía 17 años y ocho meses. Dice así:
Hoy es 28 de Diciembre 1960, creo que son las seis de la tarde, de una tarde que ha sido calurosa. Ha sido un día muy bonito, bueno... bonito para los que no tienen problemas como yo. Anoche me acosté como a las dos por tener que terminar unos dibujos que tenía que presentar para mi examen de Dibujo Técnico. Me levanté a las siete, porque más temprano no habría podido. Estaba agotado, me dolía la espalda. Antes del desayuno ya estaba encima del tablero de dibujo. El examen era a las diez.
Eran las diez y yo no salía de casa por culpa de una camisa (de mi padre) que me quedaba grande.
Ya en el paradero de microbuses tuve que tomar una de las que van a Concepción, porque las urbanas, mejor ni hablar. Me cobraron por las 10 cuadras el pasaje completo, o sea ¡70 pesos!
Llegué y me hicieron el examen. Estaban atrasados ¾ de hora. Fue corto. Me presentaba con un 3,66 y me pusieron un triste y simple 3. No salí nada de contento.
Me vine a casa caminando con la intención de ver a mi Gloria. Como siempre no la vi. Solo me encontré con su amiguita que me contó puras quejas: Que a mi amor no solo la retaron, sino también le pegaron por salir conmigo. Todo por mi culpa. Y más cosas, una conversación de lo más estúpida por parte de ella.
Bueno, después del almuerzo me quedé solo, porque mamá, mis hermanos y los vecinos de al lado fueron a bañarse, o sea a la playa.
Pasé al "limpio" el resto del cuaderno de Electricidad (Gracias a que me prestaron uno).
Como a las cuatro salí de casa, porque el calor me ahogaba. Fui nuevamente a San Vicente, a la casa de un compañero. Habíamos quedado de estudiar juntos. Me fue mal . No estaba. Pero coincidí con otro que me dijo estudiaríamos juntos en la escuela.
Otra ves traté de ver a mi Gloria. Sólo me encontré con la empleada doméstica que me dijo que andaba en Concepción.
Volví a casa. Tomé una abundante once y me propuse estudiar.
Pero no me entra nada. No sé si será por el calor o los nervios. De sólo pensar que si mañana salgo mal en el examen que me resta, dejo de ser un muchacho feliz y revoltoso. Dejo de ser un estudiante enamorado ¿Por qué? En primer lugar, no podre volver a repetir, ¡porque ya soy repitente!
Ya he salido mal en dos exámenes, lo que el coeficiente suma 10 puntos y si salgo mal mañana se completan los 15 puntos. Lo suficiente para expulsarme. Me echan, y como decía no podre repetir. No podre entrar a ninguna Escuela Industrial. Pierdo para siempre la posibilidad de tener una profesión con título. Ya no sería alguien a respetar. Mi futuro destrozado, la vida actual puede cambiar. No quiero ni pensar que dirán o que harán conmigo mis padres. De seguro... ¡Quizás! Quién entiende a los padres Y lo que es peor mis sueños truncados.
Estoy desesperado, tiemblo como un perro de sólo pensar. Y ahora en vez de estudiar, escribo.
Mis sueños por las noches son exámenes, profesores, cuadernos, fórmulas y más fórmulas De Química, de Matemáticas, mi cabeza ya no da más.
Pero este es el decisivo, el último. Me dan ganas de hacer una promesa de portarme bien, de estudiar más, pero ahora de qué me sirve. Pienso y pienso y es peor. Si salgo mal seré en el futuro un mal elemento para mi patria. Una vergüenza para mi familia. Y yo que pensaba que un día sería algo bueno.
Si salgo mal no se a quien echarle la culpa. A mis padres por despreocuparse de mí. Mi madre fue una vez en todo el año al colegio y mi padre ninguna. Con eso de que siempre esta navegando. O a mi polola. Bueno no puedo decir que perdí el tiempo con ella, porque no nos vemos.
Para colmo de las desgracias ella salió mal, tal como lo vaticinó su hermano mayor cuando nos sentenció a los dos. Y aún no se lo ha dicho a sus padres. Cuando lo sepan me van a echar la culpa a mí. Todo indica que sólo yo tengo la culpa.
Pero si este año le puse algo de empeño. No encuentro que me porte tan mal.
¡Creo que mejor le echaré la culpa a la mala suerte!
Bueno todavía estoy en oportunidad de salvarme, y si no, mejor es matarme, hay tantos métodos, con Gloria hablamos de matarnos, ella prefiere el veneno. También de fugarnos. Pero si nos pillan ¡Pobre de mí! Ahora decir la verdad, eso nunca. Conocieran todos a mi mamá, si me reta por todo. La última porque dejé sólo un segundo la tetera caliente sobre el mantel de plástico.
Creo que mejor es morirme, creo que no se pierde mucho. Valgo tan poco. No le hago falta a nadie en casa. Al contrario sirvo para molestar a mis hermanos no más. Al principio me echarían un poco de menos, pero después se alegrarían. Les conozco.
Si salgo mal ¡Dios mio, no quiero salir mal! Qué daría por salir bien. ¡Ah! si saliera bien...
Esta carta la escribió Gloria después de que sus hermanos Moncho y Terry me acorralaron en un callejón, y mientras Terry me sujetaba, el mayor me golpeaba. Tuve que ir a la playa cercana a quitarme la sangre de la cara.
22 Mayo 1961 (Carta)
Freddy querido: Primeramente te ruego me perdones por lo ocurrido, ya que he sido yo la culpable de todo. Pero lo que puedo decirte es que te quiero mucho, aunque tú no lo permitas, pero me comprenderás que no puedo ordenar mi corazón, pues me dice que te ama y es a tí a quien pertenece.
Creo que esta carta sera nuestra triste despedida, por ello estoy llorando de amargura al pensar que por el incomprensivo de mi hermano lo nuestro será destruido. Que triste sera para mi.
Son las 0,35 horas, estoy completamente sola, acostada en el mi dormitorio que da vista a la calle. Imagínate.
Cariño, cómo estaré que no se si tiemblo de frío o de nervios , pero estoy tiritando.
Te ruego no me guardes rencor porque entonces seria ilimitado mi sufrimiento.
Estoy segura que habrás maldecido el momento que me dijiste que nuevamente saliera, pero no busques sólo tu felicidad sino también haz feliz a los demás, yo soy feliz estando a tu lado.
Mi conciencia me dice que yo soy la culpable de todo. Te repito me perdones. ¡Ay, que sufrimiento!.
...en cada línea que escribo sobre esta hoja hago suspensivo y pienso en ti. Pero creo que es soñar demasiado. Pienso también que aunque quisiera olvidarte no lo conseguiría jamas. ¿Por qué? Porque a tí te quiero y estoy segura que nunca había sido tan inmenso mi amor.
Cariño, miro tu fotografía a cada instante, me siento feliz guardando el amor mas sublime.
Gloria.
Jueves 31 de Agosto 1961 (Diario)
Hoy ha sido un día más para mi vida y para mi romance. Destaco un día más para mi romance, porque me ha sucedido un anécdota que sólo a una pareja de enamorados le puede pasar:
Esta tarde el cielo se presentaba algo gris, pero daba la impresión que despejaría.
Salí de casa optimista. Se acaba por fin este mes de Agosto. ¡Adiós lluvias! Hoy salgo sin abrigo. Voy a ver a mi polola.
Llegué hasta donde ella se baja del autobús y la esperé. Eran veinte minutos para las ocho.
Un viento helado, típico de este puerto comenzó a enfriarme la cara y las manos. ¡Ay, apúrate micrito!
Por fin apareció mi adorado tormento. Bajó del autobús y pude hablar con ella. Dos noches que no nos veíamos y me parecía una eternidad.
Quiero estar contigo mi amor. Supliqué.
Voy a tratar de salir, me contestó Y por fin algo que me devolvía a la vida, sus tibios labios se posaron de improviso en los míos.
Al rato salió, y para que no fueran a darse cuenta que andaba conmigo, tenia que ir a casa de una compañera del colegio. Fuimos y a esperar, otra vez.
Pero de pronto un enceguecedor relámpago, seguido de un formidable trueno. En segundos comenzaron a caer gotas de lluvia. Ella todavía no salia y yo sin abrigo. Esta si que es mala suerte, pensé. Y comencé a maldecir el cielo. Si llovía ahora, ella se iba ir para su casa y yo después de esperarla tanto mi iba a quedar plantado, entumido y mojado.
Pero...¡Diablo! Estas mujeres se hacen esperar tanto...
Y ya las gotas eran más tupidas.
Por fin apareció y lo imaginado, querer irse rapidito a casa.¡Nada de cuento! Tú vienes ahora conmigo. Y la tomé de la mano para salir corriendo a un lugar que había pensado no nos mojaríamos.
Lo justo para llegar a un portal donde sobresalía un alero, para intentar capear la anunciada tormenta. Se obscureció más todavía. Los relámpagos unos tras otro hacían blanquear la calle entera, y los truenos removían el suelo. La mas torrencial lluvia se dejó caer.
Esta vez ella no tenía que mojarse. El hueco encontrado servía para algo, no se mojaba su cabecita y su cuerpo lo cubría con el mio.
Al tenerla tan cerca noté que temblaba. Y en sus ojos vi el miedo a la tormenta.
Si, tenía miedo aunque yo estuviera a su lado. ¿Cómo era posible?.
Cierra los ojos mi amor, le dije. La abracé con fuerza y la besé. Sus labios estaban fríos y temblorosos, pero mi boca fue buscando poco apoco con más pasión la suya. Puse todo mi amor y todo mi calor. Apretando al principio con dulzura hasta sentir después, que nos envolvía esa bendita locura. El fuego que ardía en nuestros jóvenes corazones era superior a la inclemencia del tiempo.
La lluvia incesante, la calle vacía.
Y en un rincón oscuro, apenas iluminado por un farol, ahora reíamos y nos parecía todo divertido.
Al rato calmó un poco y la fui a dejar cerca de su casa.
Como siempre no me quería separar. Nos besábamos dándonos varias veces las buenas noches, cuando nuevamente se puso a llover.
Recién ahí me di cuenta que al quedar al descubierto me había mojado toda la espalda. Corrí hacia el paradero. Cuando vi el micro me registré los bolsillos para el pasaje y no tenía nada. ¡Ni un centavo! Qué diablos, había que caminar. Me subí el cuello del vestón y con una mano tapándome el cuello y la otra en los bolsillos, emprendí el regreso.
Al pasar por una parte oscura, vi a una pareja acurrucada en una mampara. Me sonreí y por volverlos a mirar ¡Zás! Meto el pié en una poza. ¡Esto me pasa por mirar donde no debo!
Totalmente mojado pero feliz llegue a casa.
Son más o menos las diez de la noche, escribo en la cama.
Mamá está preocupada porque cree que he cogido un resfriado.
Jueves 14 de Septiembre de 1961. (Diario)
Esta tarde como a las tres y cuarto me junté con mi amor. Ha sido una suerte, porque es tan difícil quedar con ella.
Decidimos dar un paseo. Un largo paseo por la playa de la bahía de San Vicente.
Estaba más hermosa que nunca. Después de caminar por la arena, orillando las olas, llegamos a un lugar que parecía propicio para descansar.
Me quité la chaqueta, porque la temperatura era muy agradable y la tiré a la arena. Aspire profundo, deleitándome con el aire marino.
Observé nuestro alrededor para situarme y admirar el paisaje. El cielo gris y cubierto teñía también la mar tranquila.
Un pesquero de alta mar entraba por la bocana perseguido por bandadas de gaviotas.
También pude comprobar que nos habíamos alejado bastante de la caleta de pescadores.
¡Por fin estábamos solos!
Le iba a decir a Gloria que mirara al horizonte y me encontré con sus ojos.
Los ensoñadores ojos de mi Gloria brillan ahora de forma extraña. No me había escuchado, ni siquiera se había fijado en el paisaje. Qué estúpido me sentí. Junto a mí tenía algo mucho mas bonito y real que un paisaje: En forma de mujer, hermosa y seductora. La muchacha soñada.
Sujetando fuerte con mis manos su cintura la atraigo hacia mí. Sus labios están húmedos. Los beso con delicadeza primero, pero están tan sensuales que continuo besándolos cada vez con más pasión.
Poco a poco se van doblando nuestras piernas , y vamos cayendo en la tibia arena.
Con sus brazos me atrae hacia ella y me aprieta mas aún...
Miércoles 20 de Septiembre 1961 (Fragmento de carta escrita a Gloria)
...Y también fue una noche inundada de luz de luna, con olor a rosas y madreselvas, cuando tus labios se abrieron para dejar escapar una palabra en la que decías que como yo, me amabas.
Amar y ser amado. Desperté de una angustiosa pesadilla a la más hermosa realidad.
Gracias a que te daban permiso para ir a la Novena pudimos disfrutar nuestras primeras noches de primavera bajo un cielo de estrellitas, junto al rosal de rosas blancas que está detrás de la iglesia de San Pedro. Tomados de la mano, mis labios recibiendo el calor y las caricias de los tuyos. Nuestros corazones unidos por el invisible lazo del amor.
Del verano nos queda el murmullo del mar. Del Otoño la amarillenta hoja que vimos caer de los árboles de tu calle. Del Invierno, la lluvia fría que mojó tu carita.
Nuestro romance, estoy seguro, aunque joven seguirá con el tiempo.
Si ayer nos amamos, y hoy nos amamos, nos amaremos mañana.
Domingo 24 de Septiembre 1961 (Tarjeta)
Hoy es un día muy especial, desde la mañana llueve despacito, como a tí te gusta: Finas gotitas de agua resbalan por hojas y flores y caen dulcemente a la tierra. Un vientecillo lleno de aromas anuncia la Primavera.
Hoy cumples 16 años, que en tí representan lo más divino y hermoso de la adolescencia.
Amor mío, cómo me habría gustado pasarlo a tu lado, para disfrutar juntos del regalo que te hace la naturaleza. Pero estoy alegre, el ser que amo cumple 16 años.
Quiero que seas muy feliz.
Son los deseos del que te ama con todo su corazón y que velará para que tu dicha sea infinita. Tu Freddy
Tres y media de la madrugada. Han pasado varias horas. Dejo la fotografía donde estamos los dos, junto a la lámpara, la miro a ella por última vez, y apago la luz.
Tendido en la cama, con el cuaderno como estaca en el pecho, resucito la sensación de ser feliz y desgraciado al mismo tiempo. Siento como una gracia póstuma, la emoción de amar.
El alma de un hombre mayor se escapa de mi boca en un quejido. Algo tibio corre por mis mejillas. Afuera la noche debe ser inmensa.
Aún queda mucho por leer, la etapa a prueba de fe de nuestra separación reflejada en una treintena de cartas suyas, y otros tantos borradores míos.(¿Qué habrá sido de mis cartas?) La maldita separación. La mil veces maldecida separación, donde la correspondencia, las letras valían más que los hechos. Juramentos, promesas, viajes realizados y frustrados. Mínimos momentos de felicidad y muchos de sufrimiento.
Pero ahora quiero dormirme, en las cartas leídas ella me dice que me ama. Y es lo único que necesita saber el adolescente que esta noche me ha suplantado, para seguir soñando.
Amor de mi vida , que serás mi muerte.
Aduérmame tu voz languidecida
sintiendo que tu mano perfumada
borra de mi frente del dolor el ceño
y viendo una vez más la luz querida
que puso el Hacedor en tu mirada
Cierre mis ojos de la muerte el sueño.
-No iras a llevarte esto, hijo.
-Mamá, a quién más le pueden importar estas cosas más que a mí.
Además, esto ocurrió hace 50 años.
(Aquí esta el comienzo de una historia, que le faltaba el final).
Gloria se casó y tiene tres o cuatro hijos, su marido es Pastor evangélico, ella ha abrazado con fuerza la religión. Me lo dijo con solemnidad su hermano Carlos, ahora en La Pintana. Se han ido a vivir a Calama, bueno más bien dicho al Desierto de Atacama. La intención es evangelizar a los obreros e indígenas que por ahí quedan.
(Me la imagino con sandalias, una túnica larga y gastada. Una túnica que se mimetiza con la sal de la tierra. Que fue blanca y que ahora hace juego con su pelo suelto y blanco. Camina por el desierto y se detiene en los pueblos fantasmas, va predicando el Evangelio). No debe tener la conciencia tranquila. Busca la paz en la religión y en el desierto.
No creo que Dios la perdone.
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