La criminal venta de nuestras semillas
Por Diego Carmoni
Si, aunque no lo crea, el “chancho en piedra”, los “porotos granados”, “el pastel de choclo”, “las humitas” y muchos mas de nuestros platos típicos con sabor a criollo, serán sólo recuerdos en poco tiempo. La economía depredadora que se deriva del capitalismo, no sólo produce la pauperización acelerada de la clase trabajadora, sino destruye el frágil entorno que hace posible la vida humana; de esto se constata una constante que retrata al capitalismo: para reproducirse debe destruir. Ahora le tocó el turno a nuestras semillas, a los productos que vemos en nuestras “ferias libres” de cada día.
Echando mano a métodos propios de la politiquería criolla, de manera sorpresiva y entre gallos y medianoche, el senado acaba de aprobar vender todas las semillas chilenas a la empresa norteamericana Monsanto. Se consuma de este modo el más descarado entreguismo que ha hecho gala el gobierno Piñera con el respaldo de la derecha y el apoyo y/o el silencio de personajes de la Concertación.
Un tratado de esta naturaleza, donde se compromete el futuro del país y el bienestar de sus ciudadanos, requería un amplio debate nacional y que el pueblo, mediante referéndum, tomara la decisión final, en el que con toda seguridad rechazaría violentamente. Se ha hecho sin embargo todo lo contrario. Las “negociaciones” se realizaron a espaldas del país, ocultando la información al conjunto de la ciudadanía. Esta ha sido siempre la conducta de los políticos entreguistas a lo largo de la historia. Siempre han prevalecido sus intereses particulares y de clase antes que los del país y de las grandes mayorías. Su noción de desarrollo tiene su punto de partida y de llegada en el capital extranjero, ante cuyo altar sacrifican la soberanía nacional, los recursos del país, el bienestar de sus habitantes. Como resultado tenemos un país condenado al atraso, con el grueso de su población excluida y postergada en sus derechos.
Aprovechándose de las movilizaciones contra el proyecto Hidroaysén, registradas en Santiago, Valparaíso y otras regiones del país. Ni la televisión ni las radios ni menos la prensa escrita informaron sobre esta decisión que dejó a muchos estupefactos pues en la práctica significa una pérdida mas de soberanía y control sobre nuestros recursos naturales.
En palabras simples, con el “acuerdo” de los senadores, la empresa norteamericana Monsanto, conocida en todo el mundo por su elaboración de semillas transgénicas, será la dueña de todos nuestros vegetales, hortalizas, frutas y verduras, de aquí a un corto plazo. Esto, porque la empresa poseerá las patentes de todos los tipos de semilla que existan en el país, por lo tanto, como dueña de la marca “tomate chileno”, por ejemplo, podrá cobrar derechos a todos quienes cultiven tomate pues usaron sus semillas para hacerlo.
El asunto es grave, muy grave. Un grupo de senadores, entregaron a la venta algo tan sensible como las semillas: el inicio de toda la cadena alimenticia, de todo el ciclo, algo ancestral, que está en la tierra, tal como lo han hecho con los minerales, los bosques, el mar, etc.
Esta compañía agroquímica se ha propuesto controlar en el ámbito mundial la producción de alimentos manipulados genéticamente, con un resultado fáctico que supondrá el desempleo de millones de agricultores y la perdida de mercados para países del tercer mundo.
Tal como me explicó, uno de mis sobrinos experto en ingeniería genética, Monsanto posee una "Tecnología exterminadora" o planta "Terminator", donde se insertan 3 genes, cada uno con un interruptor regulador asociado llamado un "promotor". Al activarse uno de estos genes se produce una proteína llamada RECOMBINASA, que actúa como una tijera molecular. La RECOMBINASA corta un "espaciador" que hay entre el gen productor de la toxina y su promotor. Mientras está el "espaciador" actúa como un seguro para impedir que el gen de la toxina se active.
Un tercer gen ha sido diseñado para producir un "Represor" que evita que el gen de la RECOMBINASA se desactive hasta que la planta, manipulada con la "tecnología exterminadora" sea expuesta a un estímulo exterior específico, tal como un compuesto químico concreto, un choque térmico o un choque osmótico. Cuando el estímulo elegido se aplica a la semilla antes de su venta, se interrumpe el funcionamiento del represor. Por lo tanto como no hay represión, el gen de la recombinasa se activa. La recombinasa que se produce elimina el sistema de seguridad del espaciador. Puesto que el promotor ha sido elegido para ser activado en las últimas etapas de maduración de la semilla, será sólo entonces cuando se iniciará la producción del veneno que mata la semilla.
El resultado es que las semillas de las plantas guardadas luego de la cosecha para futuros cultivos no germinarán. Monsanto ha patentado plantas y semillas de todas las especies y ahora lo hará con las chilenas. Esto ha sido desarrollado para impedir que los campesinos y agricultores, multipliquen sus semillas y se vean forzados a comprarle siempre las semillas a la empresa estadounidense, o sea tal como con otras patentes, ahora se ha creado un imperialismo alimentario. Este sistema lleva a que usted no puede usar su propia semilla, tiene que comprarle cada año a Monsanto y solamente puede usar los productos químicos de Monsanto.
La patentes que ya ha desarrollado Monsanto, cubre las plantas y semillas de todas las especies: porotos, lentejas, arvejas, garbanzos, tomates, pimientos, espigas de trigo y maíz, etc., se trasformarán esencialmente en morgues de semillas. De un manotazo, Monsanto ha cortado irremediablemente el ciclo natural planta-semilla, y no habrá mas alimentos a menos que se compren semillas a ellos. Esto lógicamente es espléndido para las empresas productoras de semillas y, según parece, también es bueno para el ecoimperialismo estadounidense. La "Tecnología Exterminadora" fue creada para impedir que los agricultores conserven semillas no híbridas, de polinización abierta y compren las genéticamente alteradas que venden las grandes empresas.
La intención de las multinacionales es cambiar los genes para hacer semillas diferentes y esas semillas no pertenecerán a cualquiera que desee cultivarlas o conservarlas, sino a la empresa productora. En los últimos años, la comunidad mundial ha presenciado con indignación cómo algunas multinacionales productoras de semillas han reclamado el derecho de propiedad sobre especies enteras de plantas basadas en que alteraron un gen en un miembro de esa especie, por lo que todo su genoma les pertenece.
En un mundo dominado por el capitalismo, de continuo crecimiento demográfico y con creciente demanda de alimentos, gigantescas transnacionales esperan vender enormes cantidades de semillas manipuladas genéticamente y patentadas. La alimentación es un gran negocio que tiende a crecer, y esas firmas aspiran a que los agricultores de todo el mundo necesiten volver a ellas, año tras año, para comprarles semillas y, en algunos casos, incluso los compuestos químicos para cultivarlas. Patentes de plantas, licencias, derechos de propiedad intelectual, investigaciones y juicios contra agricultura por violar el monopolio de una empresa sobre determinado variedad de semillas son algunos medios que se utilizan para proteger sus intereses.
La " Tecnología Exterminadora " garantizará que mercados, agricultores, comunidades y países dependan completamente de la empresa que les vendió las semillas para poder seguir alimentándose.
Pero el problema más serio lo plantea el riesgo de que la función exterminadora escape del genoma de los cultivos a los que fue intencionalmente incorporada y se trasmita a otros cultivos de polinización abierta o plantas silvestres de los alrededores. La propagación gradual de la esterilidad entre las plantas podría resultar en una catástrofe mundial que incluso podría borrar del planeta formas superiores de vida, sin excluir a los seres humanos.
Esta tecnología exterminadora se utilizará ampliamente, otorgando también a las industrias multinacionales de las semillas y los agroquímicos una capacidad extremadamente peligrosa de controlar las fuentes de alimentos del mundo. Es claro que la adopción mundial de la tecnología exterminadora asegurará la absoluta dependencia de los agricultores y las personas que estos alimentan respecto de las empresas multinacionales para la obtención de las semillas. La dependencia no promueve la libertad, sino todo lo contrario. La historia abunda en ejemplos de pueblos y culturas que perdieron libertades fundamentales porque su fuente de alimentos era controlada por otros.
Se comprueba que la Alianza y la Concertación, por sus lazos con el sistema y su dependencia del imperialismo, no pueden de ninguna manera defender los intereses del país, solamente la lucha de los trabajadores y el pueblo podrá rescatar los recursos naturales robados por las metrópolis y sus compañías, por medio de la expropiación sin compensación de todos nuestros recursos naturales, de ahí que luchamos por la única consigna posible: Trabajador@s al poder !!!!!
PD: Así votaron esta ralea de desvergonzados, se salvó solamente una minoría de añadirle más lodo a su reputación.
Los senadores que votaron a favor de la venta de las semillas chilenas a Monsanto fueron: Carlos Cantero (Antofagasta, Independiente); los UDI Juan Antonio Coloma y Hernán Larraín (ambos de Maule), Pablo Longueira y Jovino Novoa (ambos de Santiago) y Jaime Orpis (Tarapacá); los RN Francisco Chahuán (Valparaíso), José García y Alberto Espina (ambos de Araucanía), Carlos Kuschel (Región de Los Lagos), Carlos Larraín (Valdivia), Baldo Prokurica (Atacama); y el PPD Eugenio Tuma (Araucanía).
El silencio otorga, la abstención estuvo a cargo de los PS Camilo Escalona (Los Lagos) y Juan Pablo Letelier (O’Higgins), junto a los DC Hossain Sabag (BioBio), Patricio Walker (Aysén) y Andrés Zaldívar (Maule) y Antonio Horvath (Aysén RN).
En contra: Ximena Rincón (Maule), Jorge Pizarro (Coquimbo), ambos del PDC, junto a José Antonio Gómez (Antofagasta, PR), Alejandro Navarro (BioBio, MAS), y Jaime Quintana (Araucanía, PPD).
Por Diego Carmoni
miércoles, 25 de mayo de 2011
jueves, 12 de mayo de 2011
MOP Y CONCESIONARIAS DE CARRETERAS
ROBAN TIERRAS Y ESPECULAN
CON COBROS DE PEAJES
por José G. Martínez Fernández.
La pandilla neoliberal que ha gobernado a Chile durante la última década ha producido un efecto muy beneficioso para los grandes empresarios de las Concesionarias de Carreteras en Chile, que, a través de los cobros de peajes, han visto engrosar sus carteras a costa de todos los ciudadanos del país.
Esto se permitió gracias a los gobiernos de los seudo socialistas Ricardo Lagos Escobar y Michelle Bachelet Jeria. Y ahora es mantenido por Sebastián Piñera.
El ejercicio de los grandes empresarios es cobrar un alto tarifado a los vehículos por andar en sus vías, hecho que la prensa chilena –impresa y audiovisual, en especial- no denuncian.
El pueblo chileno –sin distinción de colores políticos- es diariamente esquilmado por estos buitres que se reparten miles de millones de dólares al año.
Ellos prácticamente lo han ocupado todo y todo es que no hay casi opciones para recorrer caminos sin esperar que los asaltantes de cuello y corbata le cobren a las personas por pasar por “sus espacios”.
Y en este ocupar todo se dan casos como el tramo Casablanca-Algarrobo donde la Concesionaria SACYR se apoderó de parte de parcelas de pequeños propietarios y puso palos para la luz dentro de ellas, sin pagar un peso por ello.
Así de simple esto también ha afectado a otros propietarios de tierras.
He allí cómo estos delincuentes de cuello y corbata hacen de las suyas bajo la mirada indiferente del MOP (Ministerio de Obras Públicas), a quien – a través de las Concesiones de Carreteras- se le reclama por esos abusos y ellos tratan las cosas dilatándolas u olvidándolas.
Y, como una ayuda extra de los gobiernos rateros, éstos no han querido darle vida a los ferrocarriles, lo que permitiría que los Concesionarias no se llevaran una torta tan grande, aunque cuentan, en caso que les bajen los ingresos por el uso de sus vías, con la plata con que los gobiernos deben subsidiarlos en caso de ser así.
Yo no sé qué tenían de “avanzada” Lagos y Bachelet. Quizá avanzaban con los empresarios para conseguir dineros para sus campañas.
¿Acaso no estuvo Lagos en España y no obtuvo allí financiamiento para “luchar contra la dictadura”, cuando realmente quien peleaba contra la dictadura era el pueblo?
Y qué caro está pagando el pueblo de Chile los acuerdos subterráneos que este ex Presidente habrá hecho con los que lo ayudaron a llegar al gobierno.
Esa herencia maldita es la que ahora aprovecha Piñera para seguir golpeando los bolsillos de los chilenos para hacer más ricos a los ricos como él.
José G. Martínez Fernández
ROBAN TIERRAS Y ESPECULAN
CON COBROS DE PEAJES
por José G. Martínez Fernández.
La pandilla neoliberal que ha gobernado a Chile durante la última década ha producido un efecto muy beneficioso para los grandes empresarios de las Concesionarias de Carreteras en Chile, que, a través de los cobros de peajes, han visto engrosar sus carteras a costa de todos los ciudadanos del país.
Esto se permitió gracias a los gobiernos de los seudo socialistas Ricardo Lagos Escobar y Michelle Bachelet Jeria. Y ahora es mantenido por Sebastián Piñera.
El ejercicio de los grandes empresarios es cobrar un alto tarifado a los vehículos por andar en sus vías, hecho que la prensa chilena –impresa y audiovisual, en especial- no denuncian.
El pueblo chileno –sin distinción de colores políticos- es diariamente esquilmado por estos buitres que se reparten miles de millones de dólares al año.
Ellos prácticamente lo han ocupado todo y todo es que no hay casi opciones para recorrer caminos sin esperar que los asaltantes de cuello y corbata le cobren a las personas por pasar por “sus espacios”.
Y en este ocupar todo se dan casos como el tramo Casablanca-Algarrobo donde la Concesionaria SACYR se apoderó de parte de parcelas de pequeños propietarios y puso palos para la luz dentro de ellas, sin pagar un peso por ello.
Así de simple esto también ha afectado a otros propietarios de tierras.
He allí cómo estos delincuentes de cuello y corbata hacen de las suyas bajo la mirada indiferente del MOP (Ministerio de Obras Públicas), a quien – a través de las Concesiones de Carreteras- se le reclama por esos abusos y ellos tratan las cosas dilatándolas u olvidándolas.
Y, como una ayuda extra de los gobiernos rateros, éstos no han querido darle vida a los ferrocarriles, lo que permitiría que los Concesionarias no se llevaran una torta tan grande, aunque cuentan, en caso que les bajen los ingresos por el uso de sus vías, con la plata con que los gobiernos deben subsidiarlos en caso de ser así.
Yo no sé qué tenían de “avanzada” Lagos y Bachelet. Quizá avanzaban con los empresarios para conseguir dineros para sus campañas.
¿Acaso no estuvo Lagos en España y no obtuvo allí financiamiento para “luchar contra la dictadura”, cuando realmente quien peleaba contra la dictadura era el pueblo?
Y qué caro está pagando el pueblo de Chile los acuerdos subterráneos que este ex Presidente habrá hecho con los que lo ayudaron a llegar al gobierno.
Esa herencia maldita es la que ahora aprovecha Piñera para seguir golpeando los bolsillos de los chilenos para hacer más ricos a los ricos como él.
José G. Martínez Fernández
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