miércoles, 24 de abril de 2013

Jorge Vergara reaparece con artillería pesada:

“Salah faltó a la ética llegando a Colo Colo”







Para el ex personero, que formó un sólido triunvirato con Dragicevic y Menichetti en el Cacique, “el principal impulsor del Sistema de Sociedades Anónimas no puede ahora usufructuar de algo que él, desde su cargo de Subsecretario de Deportes durante el gobierno de Ricardo Lagos, ayudó a crear”.


Por EDUARDO BRUNA (El Gráfico, Chile)



“Contra Salah no tengo nada en lo personal. De hecho, en todos estos años después que él se fue de Colo Colo y a nosotros nos fueron, nos encontramos más de una vez. Sin embargo, su inminente llegada a la presidencia de Blanco y Negro me parece una grave falta a la ética”. Es Jorge Vergara, integrante de aquel triunvirato albo que, tras un proceso de cinco años, llevó al Cacique a la Copa Libertadores, a su primer tri campeonato y al sueño de un estadio Monumental largamente acariciado. El mismo Jorge Vergara discutido y polémico que, tras la quiebra, era apuntado con el dedo acusador de quienes pensaban y siguen pensando que, junto a Eduardo Menichetti y Peter Dragicevic, se habían llevado a Colo Colo para la casa.

Vergara ha escuchado tantas veces esas sospechas, que ya le resbalan. Dice tener argumentos de sobra para diluir cualquier acusación que se le haga, pero en este momento es la noticia de la llegada de Salah a la testera de la concesionaria la que, reconoce, lo tiene descompuesto.



-Lo que dices es grave. En lo técnico Arturo Salah puede tener muchos detractores, pero el medio siempre le ha reconocido su rectitud y su honestidad.

Con ese estilo irónico que lo distingue, el Guatón Vergara responde.


“Así será, pero que el principal impulsor de las Sociedades Anónimas desde su cargo de Subsecretario de Deportes en el gobierno de Ricardo Lagos, sistema que ha sido un completo fiasco, aparezca ahora como el salvador de Colo Colo, pronto a ocupar la testera, para mí es una falta a la ética. Me hace recordar los escritos de Noham Chomsky, en el sentido de que hay muchos que crean el problema o provocan el caos para luego aparecer ellos mismos como los que poseen la solución mágica. Yo digo que el que Cristián Varela, Carlos Tapia, Raúl Labán y Luis Baquedano hayan sido desinteresados impulsores del sistema y luego hayan usufructuado de él es a lo menos sospechoso. A ellos se suma ahora Salah”.



-¿Por qué crees que Salah aceptó en circunstancias que claramente se iba a producir una polémica e inevitablemente iban a surgir los cuestionamientos? El siempre ha sido un hombre muy cuidadoso de su buena imagen.

“Simple. El debe pensar que la habitual mala memoria de los chilenos le iba a permitir pasar colado. Pero no. Somos muchos los que tenemos claro el decisivo papel que jugó en este asunto y que hasta se fotografió sonriente y orgulloso con el actual Presidente de la República, redactor del primer proyecto de ley para crear las Sociedades Anónimas para después, mediante la compra de acciones, pretender hacernos creer que era un colocolino de toda la vida, cuando todo el mundo supo siempre que su club era Universidad Católica. Creo que a eso en política se le llama oportunismo, ¿no?”.



-¿Pero no te parece que en este momento de absoluto caos en Blanco y Negro, con una conducción errática y que va a la deriva, es precisamente Salah el hombre más indicado?

“A mí no me parece. Salah puede ser reconocido como un técnico top de nuestro medio, pero pensar en él para administrar la Concesionaria es una apuesta muy peligrosa. Aún poniéndonos en el caso de que lo haga bien, su gestión sólo va a servir para fortalecer a Blanco y Negro y terminar de reducir a su más mínima expresión al Colo Colo que pensó David Arellano. Una buena gestión de su parte sólo significará que los accionistas se llenen de plata los bolsillos, pero el club que todos conocimos y que tanto amamos cuando los socios eran los dueños, seguirá siendo sólo un lindo recuerdo”.



-Dicho de otra forma, a Salah igual le das el beneficio de la duda.

“Arturo es un profesional capacitado y en el ámbito local claramente está por sobre la media en cuanto a conocimientos y cultura. Puede que le vaya bien, como al final le fue bien cuando nosotros apostamos por él para la banca, en 1986, pero ya te digo: eso sólo significaría ganancias para los nueve jinetes del Apocalipsis que conforman el directorio de Blanco y Negro.



El Colo Colo que se fundó en base a la tolerancia, la solidaridad y la no discriminación seguirá siendo el vagón de cola en esta empresa que sólo busca el lucro. Aparte, ya es hora de derribar mitos. Con nosotros al menos, los que lo sostuvimos a todo trance cuando la hinchada lo único que quería era colgarlo, Arturo fue bastante desleal”.




-¡¿Qué…?! Explícate mejor. ¿Te refieres a cuando deja Colo Colo para asumir la banca de la Selección?

“No. Llegar a la Selección es la ambición lógica de todo técnico, y aunque su elección no dejó de sorprendernos, y en cierta medida de molestarnos, terminamos por comprenderlo y aceptar su decisión. Partida que, por lo demás, le abrió las puertas a la llegada de Mirko Jozic. Me refiero a una vez que nos pidió permiso supuestamente para visitar Disneyworld con su familia y no pasaron ni dos días para enterarnos de que nos había engañado”.



-¿Cómo así?

“Claro, porque nunca viajó a Disney. El viaje sólo fue un pretexto para partir a México a conversar sobre un posible contrato con el Tigres de ese país. Recuerdo que muy temprano me estaba afeitando cuando escucho la noticia por la radio y casi me como la crema de la sorpresa y la indignación. Aparte, no olvidemos que en 1994 también deja botada a la U para irse al Monterrey”.



-Todo profesional tiene derecho a buscar mejores horizontes.

“Está bien. Pero eso no se hace mediante el engaño, y él nos había engañado inventando un viaje que no era tal. Nosotros no nos merecíamos eso, sobre todo considerando la forma como lo defendimos cuando, producto de los malos resultados iniciales, pasamos las de Kiko y Kako con la prensa y los hinchas, que a nosotros y a él nos querían poco menos que colgar en una plaza pública. Tampoco fue leal o al menos deferente cuando se inventa la quiebra, vital para implantar el Sistema de Sociedades Anónimas y todos, empezando por una prensa ignorante, interesada, comprometida e involucrada, nos acusaban de habernos robado la plata a manos llenas en Colo Colo. El nunca salió a plantear nuestra defensa o, al menos, a darnos el beneficio de la duda. Ni siquiera privadamente. Sabiendo el momento terriblemente injusto que estábamos pasando, nunca nos invitó a un café para hablar con nosotros y expresarnos su solidaridad. Ni siquiera recibimos de él un llamado telefónico”.



-Jorge, el momento económico crítico que estaba pasando Colo Colo era algo indesmentible.

“Un momento tan crítico como tantos que Colo Colo había tenido a través de su historia. Dejémonos de cuentos: había que quebrar a Colo Colo y la U para implantar el sistema de Sociedades Anónimas. La quiebra se decreta por una deuda de 50 millones de pesos que Dragicevic decide cubrir al día siguiente, con un cheque personal y plata de su bolsillo, porque fue la condición que puso la jueza Helga Marchant para dejar la quiebra sin efecto. ¿Y qué pasó? Que, lo supimos después, la jueza recibió fuertes presiones políticas para seguir con la quiebra adelante. La maquinaria ya estaba en marcha y nada ni nadie podía detenerla”.



-Lo que sea, pero no puedes desmentir los argumentos que se dieron para decretar la quiebra.

“Todas mentiras. Ya te digo: momentos tan difíciles como ese Colo Colo había tenido varios en su historia. Se habló de que teníamos endeudado el club en 30 millones de dólares y no pasó mucho tiempo para que esa afirmación se cayera a pedazos. Que éramos los reyes de los dobles contratos y nunca hubo dobles contratos. Lo que había era contratos complementarios, pero obligados por la Conmebol para proteger el derecho de imagen de los jugadores. Colo Colo era una corporación privada sin fines de lucro que, en teoría, no podía quebrar, pero ese precepto legal, claro y contundente, también se lo echaron al bolsillo con tal de que se apoderaran de Colo Colo los mismos que ya eran dueños del país a través de las grandes empresas, los bancos, la salud y la educación. De todo. Les faltaba sólo el fútbol, pero también terminaron por apropiárselo”.



-Siendo una corporación, Colo Colo era igual dirigido por empresarios.

“Es cierto, pero los verdaderos dueños del club eran los socios. ¿No había transparencia? Colo Colo, tal como lo estipulaba la ley, publicaba año a años sus balances en la prensa, debidamente auditados. Pero más allá de todo eso, los dineros que ingresaban al club no iban a los bolsillos de ninguno de nosotros. Se reinvertían en el club y toda la plata que llegaba se hacía poca, porque Colo Colo tenía 17 ramas deportivas, cinco mil niños en divisiones menores y escuelas de fútbol, 70 filiales a través de todo el país y hasta un Instituto de Educación”.



-Claramente, no había espaldas para ello.

“Por supuesto que no. Y por pensar en forma absolutamente opuesta a esos planes de grandeza, que no eran acordes con nuestra realidad, fue que me agarré en incontables oportunidades con Raúl Labán y Aníbal Silva, dos pajarracos que querían hacer de Colo Colo una mega institución. Pensé que en esa pelea Peter (Dragicevic) me iba a apoyar a mí, pero no fue así y, desilusionado y molesto, en 1998 decido irme. Por eso fue más absurdo aún que, cuatro años después, se me involucrara a mí en la quiebra. Quiebra que a lo mejor no se habría producido si yo hubiera ganado esa pelea con esos tipos a los que yo apodé los top ten, por lo delirantes, ignorantes y agrandados”.



-Es que, aún cuando dices que en 1998 te fuiste, tu nombre siguió ligado a Colo Colo.

“Sí, pero sólo como asesor externo. En otras palabras, para Colo Colo hacía sólo un pituto, que tenía que ver con el banco de datos que poseo de todos los jugadores del fútbol sudamericano. Pero entre 1998 y el 2002 yo estoy absolutamente al margen de las decisiones”.



-Una vez, sin embargo, reconociste que, producida la quiebra, te asustaste.

“Es verdad, y fue algo muy humano. Porque aunque ya habían pasado cuatro años desde que me había ido del club, la prensa repetía en forma insistente mi nombre. Por ignorancia o en forma interesada, o por pasarme la cuenta de viejas diferencias, me involucraban a mí. El asunto es que, cuando la jueza Eleonora Domínguez me cita a declarar y lee en sus papeles que yo me había ido del club en 1998 como dirigente, me pregunta: ¿Y usted, señor Vergara, qué hace aquí? Sorprendido, le digo: No sé… usted me citó. Me mandó de inmediato para la casa”.



-Pero también fuiste interrogado por la Bridec.

“Claro. Me citaron, fui a declarar, y no más comenzada la conversación, que no fue para nada agresiva o insolente, me di cuenta que los tipos pisaban un terreno que no dominaban. Querían saber cómo era eso de la compra o la venta de un jugador, el famoso mito de los dobles contratos y el que Colo Colo no retuviera los impuestos que supuestamente debían pagar los jugadores, en circunstancias que, para todos los clubes del fútbol chileno, estaba vigente el DFL 1 del año 1970, que los liberaba de ese pago como una forma de ayudarlos económicamente en una carrera que es siempre corta. De la noche a la mañana, y para llevar a la quiebra a Colo Colo y a la U, ese decreto, que había operado por décadas, se desconocía. En otras palabras, de un día para otro nos hacíamos de una deuda millonaria. Y mira cómo fue el trato: mientras a todos los demás clubes se les daban todo tipo de facilidades para pagar, a nosotros y a la U nos cobraban todo al contado si no pasábamos a ser Sociedad Anónima. ¿Está clarito, verdad?”.



-¿Qué piensas que el nombre de Jorge Pellicer surja como probable director técnico de Colo Colo para el segundo semestre?

“Que es lo más lejano al estilo de Colo Colo que se pueda imaginar. Para mí sería un tremendo error. Pero no es algo descartable, porque claramente pertenece a la misma escuela de Salah”.



-Un Salah al que Dragicevic, Menichetti y tú llevaron sin dudar en 1986 a Colo Colo.

“Sí, y al que defendimos a muerte, con una lealtad que no tuvo una vuelta de mano. Todo ello a pesar de que terminamos por convencernos de que el estilo de Arturo no respondía a lo que fue siempre la historia del club y que decidimos enmendar con Mirko luego que él nos deja para ir a la Roja”.



-No me digas que ahora también vas a desconocer su capacidad…

“Capacidad que sólo le dio para ganar títulos con nosotros. ¿O Salah ganó algo después que dejó Colo Colo?”.



“Los síndicos y Blanco y Negro son los únicos que le han puesto ruedas al Cacique”

“Nunca ha existido menos transparencia en Colo Colo que tras la quiebra y su conversión en Sociedad Anónima”. Vergara no se guarda artillería cuando se trata de denunciar las falencias y debilidades del sistema. Guste o no, argumentos tiene de sobra.

“Partimos con dos síndicos sinvergüenzas que llegaron a Colo Colo a ganar plata a manos llenas, a llevar adelante todo tipo de medidas arbitrarias y que hasta contrataron familiares directos con sueldos millonarios a costa de los dineros del club. Y eso que, según ellos, nosotros habíamos dejado una deuda de 30 millones de dólares. Esos tipos, Saffie Aguayo y Jamarmé, actuaron con la voracidad de las langostas”.



-¿Por qué a veces sostienes que es un mito la limpieza de procedimientos que significó el sistema de Sociedades Anónimas?

“Porque según el marco legal existe una Superintendencia que supuestamente hace su pega, pero que en realidad está dibujada. ¿Cómo es posible que los jugadores del plantel, por ejemplo, no tengan una tasación? ¿No constituyen acaso parte vital del capital del club? ¿Cómo es posible que el todavía presidente de Blanco y Negro, Carlos Tapia, reciba un sueldo y además plata extra por asesorías? ¿En qué empresa seria un gerente general recibe un sueldo extra por asesorarse a sí mismo? ¿Y qué hace la Superintendencia? Mira para el lado. Con esta y con otras clarísimas irregularidades”.



-¿Cómo lo sabes, si nada tienes que ver con el club?

“Tengo gente de adentro que me cuenta. ¿Te acuerdas cuando Gabriel Ruiz Tagle, un empresario supuestamente intachable, remodeló el Monumental? Se gastó, según él, como 10 millones de dólares en pintar y en poner las butacas en aquellos sectores que no las tenían. Ocurre que hace algunos años el Barcelona levanta La Masía para sus divisiones menores, que entre otras cosas contempla un edificio de cinco pisos de 9 mil metros cuadrados y esa obra, gigantesca, tiene un costo de 9 millones de euros. ¿Te suena coherente eso? ¿Puede haber comparación en los gastos? Ninguna. Y averigua quiénes eran los dueños de las empresas encargadas de ejecutar las obras en el Monumental. Te vas a dar cuenta de que existe toda una coincidencia: o eran parientes o eran amigos de Ruiz Tagle. Ah, y no te he contado el extraño caso de Osman Molinas”.



-El jugador paraguayo que llegó como figura y que no jugó nunca.

“Exactamente. Cuando supe que venía a Colo Colo me sentí obligado a informarles que Molinas era jugador en un 100 por ciento libre. Lo tenía en mi banco de datos y basado en eso llamé al gerente y al encargado de prensa del club, para advertirles. Después casi se me cayó el pelo cuando supe que, por un jugador libre, y paraguayo para más señas, Colo Colo había pagado algo así como 600 mil dólares. O están todos locos o son unos frescos. ¿Tú crees que un tronco de primera, como el también paraguayo Nelson Cabrera, podía costar un millón de dólares? ¡No me jodan…!”.



-Al actual gerente, Alvaro Romero, la hinchada casi se lo come vivo tras la asamblea en que se informó sobre la llegada de Arturo Salah.

“Es un caso curioso, porque el señor Romero no habría durado un día como gerente de algunas de las empresas que poseen los dueños de Blanco y Negro. Es un especialista consumado en botar el dinero del club. A mí me gustaría saber si el señor Leonidas Vial, por ejemplo, hubiera aceptado con una sonrisa en los labios un despilfarro similar al que este señor ha llevado a cabo en el club. Como pagarle a Audax por un jugador que en cosa de días quedaba libre. O como indemnizar a un Labruna que terminaba contrato en cosa de semanas”.



“La hinchada debe hacer todo por recuperar el club”

Vergara cree que es obligación de todo colocolino recuperar el club, logrando que se vaya Blanco y Negro. Señala: “Desde un principio nos vendieron la pomada. Partieron diciendo que iban a hacer de Colo Colo el Manchester United o el Barcelona, y que en cinco años con ellos el club volvía a ganar la Copa Libertadores. Sigo aquí sentado y esperando. Colo Colo está tan endeudado como lo estuvo siempre, con el agravante de que, futbolísticamente, damos pena. Por ellos ojalá tampoco existieran los socios. A estos y a los hinchas sólo los miran como clientes”.



-¿Y crees que la gente de Blanco y Negro va a querer irse sin antes haber recuperado la plata que han invertido?

“¡Qué plata…! Ese es otro mito. Hay algo que todos ignoran: Blanco y Negro lo crearon cinco abogados que aportaron $ 600 pesos cada uno. En otras palabras, el capital estratosférico del inicio fueron 3 mil pesos. ¡Tres mil pesos…! Cuando van a la bolsa, logran reunir como 30 millones de dólares, que se incrementan luego por una cantidad similar con la venta de jugadores que nosotros dejamos producto de un trabajo que llevó años. Pese a todo, a estas alturas esta gente ya debe haberse convencido de que, al menos en nuestro país, el fútbol nunca ha resultado como negocio. Aunque ellos igual tratan de sacar plata por todos lados”.



-¿A qué te refieres?

“Entre otras cosas, a la Casa del Jugador. Para construirla eliminaron una cancha, pero son los jugadores jóvenes, supuestamente los favorecidos, quienes menos han disfrutado de ese edificio, que se arrienda para casamientos, bautizos y todo tipo de eventos que nada tienen que ver con el fútbol”.



-¿Y se te ocurre la estrategia para lograr sacar a Blanco y Negro?

“Hay cuatro cosas que se deben hacer: que el socio y el hincha presionen para lograr que se revise el contrato de la concesionaria; dar la pelea a través de la Corporación teniendo a Marcelo Barticciotto como cabeza de playa; que se cree un fondo de inversión en que las filiales cumplan un papel preponderante, en una especie de capitalismo popular que signifique que los socios vuelven a ser los verdaderos dueños de Colo Colo. La cuarta es la menos viable: el desalojo. Acción que la hinchada de Racing de Avellaneda culminó exitosamente, luego que al empresario Daniel Lalín en una asamblea le pusieran el bombo de sombrero”.



¿A ti cuál es la que más te gusta?

“La del fondo de inversión, que se traduzca en un capitalismo popular. Ya que los señores de Blanco y Negro nos prometieron convertir a Colo Colo en el Barcelona o en el Manchester United de Chile, yo me conformo con ser el Borussia Dortmund, un club que fue recuperado en un 51 por ciento por sus socios y sus hinchas luego que se lo apropiara una tropa de empresarios tan frescos y chantas como estos de Blanco y Negro”.


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