“Salah faltó a la ética llegando a
Colo Colo”
Por EDUARDO BRUNA (El Gráfico, Chile)
“Contra Salah no tengo nada en
lo personal. De hecho, en todos estos años después que él se fue de Colo Colo y
a nosotros nos fueron, nos encontramos más de una vez. Sin embargo, su inminente
llegada a la presidencia de Blanco y Negro me parece una grave falta a la
ética”. Es Jorge Vergara, integrante de aquel triunvirato albo que, tras un
proceso de cinco años, llevó al Cacique a la Copa Libertadores, a su primer tri
campeonato y al sueño de un estadio Monumental largamente acariciado. El mismo
Jorge Vergara discutido y polémico que, tras la quiebra, era apuntado con el
dedo acusador de quienes pensaban y siguen pensando que, junto a Eduardo
Menichetti y Peter Dragicevic, se habían llevado a Colo Colo para la
casa.
Vergara ha escuchado tantas
veces esas sospechas, que ya le resbalan. Dice tener argumentos de sobra para
diluir cualquier acusación que se le haga, pero en este momento es la noticia de
la llegada de Salah a la testera de la concesionaria la que, reconoce, lo tiene
descompuesto.
-Lo que dices es grave. En
lo técnico Arturo Salah puede tener muchos detractores, pero el medio siempre le
ha reconocido su rectitud y su honestidad.
Con ese estilo irónico que lo
distingue, el Guatón Vergara responde.
“Así será, pero que el
principal impulsor de las Sociedades Anónimas desde su cargo de Subsecretario de
Deportes en el gobierno de Ricardo Lagos, sistema que ha sido un completo fiasco,
aparezca ahora como el salvador de Colo Colo, pronto a ocupar la testera, para
mí es una falta a la ética. Me hace recordar los escritos de Noham Chomsky, en
el sentido de que hay muchos que crean el problema o provocan el caos para luego
aparecer ellos mismos como los que poseen la solución mágica. Yo digo que el que
Cristián Varela, Carlos Tapia, Raúl Labán y Luis Baquedano hayan sido
desinteresados impulsores del sistema y luego hayan usufructuado de él es a lo
menos sospechoso. A ellos se suma ahora Salah”.
-¿Por qué crees que Salah
aceptó en circunstancias que claramente se iba a producir una polémica e
inevitablemente iban a surgir los cuestionamientos? El siempre ha sido un hombre
muy cuidadoso de su buena imagen .
“Simple. El debe pensar que la
habitual mala memoria de los chilenos le iba a permitir pasar colado. Pero no.
Somos muchos los que tenemos claro el decisivo papel que jugó en este asunto y
que hasta se fotografió sonriente y orgulloso con el actual Presidente de la
República, redactor del primer proyecto de ley para crear las Sociedades
Anónimas para después, mediante la compra de acciones, pretender hacernos creer
que era un colocolino de toda la vida, cuando todo el mundo supo siempre que su
club era Universidad Católica. Creo que a eso en política se le llama
oportunismo, ¿no?”.
-¿Pero no te parece que en
este momento de absoluto caos en Blanco y Negro, con una conducción errática y
que va a la deriva, es precisamente Salah el hombre más
indicado?
“A mí no me parece. Salah puede
ser reconocido como un técnico top de nuestro medio, pero pensar en él para
administrar la Concesionaria es una apuesta muy peligrosa. Aún poniéndonos en el
caso de que lo haga bien, su gestión sólo va a servir para fortalecer a Blanco y
Negro y terminar de reducir a su más mínima expresión al Colo Colo que pensó
David Arellano. Una buena gestión de su parte sólo significará que los
accionistas se llenen de plata los bolsillos, pero el club que todos conocimos y
que tanto amamos cuando los socios eran los dueños, seguirá siendo sólo un
lindo recuerdo”.
-Dicho de otra forma, a
Salah igual le das el beneficio de la duda.
“Arturo es un profesional
capacitado y en el ámbito local claramente está por sobre la media en cuanto a
conocimientos y cultura. Puede que le vaya bien, como al final le fue bien
cuando nosotros apostamos por él para la banca, en 1986, pero ya te digo: eso
sólo significaría ganancias para los nueve jinetes del Apocalipsis que conforman
el directorio de Blanco y Negro.
El Colo Colo que se fundó en
base a la tolerancia, la solidaridad y la no discriminación seguirá siendo el
vagón de cola en esta empresa que sólo busca el lucro. Aparte, ya es hora de
derribar mitos. Con nosotros al menos, los que lo sostuvimos a todo trance
cuando la hinchada lo único que quería era colgarlo, Arturo fue bastante
desleal”.
-¡¿Qué…?! Explícate mejor.
¿Te refieres a cuando deja Colo Colo para asumir la banca de la
Selección?
“No. Llegar a la Selección es
la ambición lógica de todo técnico, y aunque su elección no dejó de
sorprendernos, y en cierta medida de molestarnos, terminamos por comprenderlo y
aceptar su decisión. Partida que, por lo demás, le abrió las puertas a la
llegada de Mirko Jozic. Me refiero a una vez que nos pidió permiso supuestamente
para visitar Disneyworld con su familia y no pasaron ni dos días para enterarnos
de que nos había engañado”.
-¿Cómo
así?
“Claro, porque nunca viajó a
Disney. El viaje sólo fue un pretexto para partir a México a conversar sobre un
posible contrato con el Tigres de ese país. Recuerdo que muy temprano me estaba
afeitando cuando escucho la noticia por la radio y casi me como la crema de la
sorpresa y la indignación. Aparte, no olvidemos que en 1994 también deja botada
a la U para irse al Monterrey”.
-Todo profesional tiene
derecho a buscar mejores horizontes.
“Está bien. Pero eso no se hace
mediante el engaño, y él nos había engañado inventando un viaje que no era tal.
Nosotros no nos merecíamos eso, sobre todo considerando la forma como lo
defendimos cuando, producto de los malos resultados iniciales, pasamos las de
Kiko y Kako con la prensa y los hinchas, que a nosotros y a él nos querían poco
menos que colgar en una plaza pública. Tampoco fue leal o al menos deferente
cuando se inventa la quiebra, vital para implantar el Sistema de Sociedades
Anónimas y todos, empezando por una prensa ignorante, interesada, comprometida e
involucrada, nos acusaban de habernos robado la plata a manos llenas en Colo
Colo. El nunca salió a plantear nuestra defensa o, al menos, a darnos el
beneficio de la duda. Ni siquiera privadamente. Sabiendo el momento
terriblemente injusto que estábamos pasando, nunca nos invitó a un café para
hablar con nosotros y expresarnos su solidaridad. Ni siquiera recibimos de él un
llamado telefónico”.
-Jorge, el momento económico
crítico que estaba pasando Colo Colo era algo
indesmentible.
“Un momento tan crítico como
tantos que Colo Colo había tenido a través de su historia. Dejémonos de cuentos:
había que quebrar a Colo Colo y la U para implantar el sistema de Sociedades
Anónimas. La quiebra se decreta por una deuda de 50 millones de pesos que
Dragicevic decide cubrir al día siguiente, con un cheque personal y plata de su
bolsillo, porque fue la condición que puso la jueza Helga Marchant para dejar la
quiebra sin efecto. ¿Y qué pasó? Que, lo supimos después, la jueza recibió
fuertes presiones políticas para seguir con la quiebra adelante. La maquinaria
ya estaba en marcha y nada ni nadie podía detenerla”.
-Lo que sea, pero no puedes
desmentir los argumentos que se dieron para decretar la
quiebra.
“Todas mentiras. Ya te digo:
momentos tan difíciles como ese Colo Colo había tenido varios en su historia. Se
habló de que teníamos endeudado el club en 30 millones de dólares y no pasó
mucho tiempo para que esa afirmación se cayera a pedazos. Que éramos los reyes
de los dobles contratos y nunca hubo dobles contratos. Lo que había era
contratos complementarios, pero obligados por la Conmebol para proteger el
derecho de imagen de los jugadores. Colo Colo era una corporación privada sin
fines de lucro que, en teoría, no podía quebrar, pero ese precepto legal, claro
y contundente, también se lo echaron al bolsillo con tal de que se apoderaran de
Colo Colo los mismos que ya eran dueños del país a través de las grandes
empresas, los bancos, la salud y la educación. De todo. Les faltaba sólo el
fútbol, pero también terminaron por apropiárselo”.
-Siendo una corporación,
Colo Colo era igual dirigido por empresarios.
“Es cierto, pero los verdaderos
dueños del club eran los socios. ¿No había transparencia? Colo Colo, tal como lo
estipulaba la ley, publicaba año a años sus balances en la prensa, debidamente
auditados. Pero más allá de todo eso, los dineros que ingresaban al club no iban
a los bolsillos de ninguno de nosotros. Se reinvertían en el club y toda la
plata que llegaba se hacía poca, porque Colo Colo tenía 17 ramas deportivas,
cinco mil niños en divisiones menores y escuelas de fútbol, 70 filiales a través
de todo el país y hasta un Instituto de Educación”.
-Claramente, no había
espaldas para ello.
“Por supuesto que no. Y por
pensar en forma absolutamente opuesta a esos planes de grandeza, que no eran
acordes con nuestra realidad, fue que me agarré en incontables oportunidades con
Raúl Labán y Aníbal Silva, dos pajarracos que querían hacer de Colo Colo una
mega institución. Pensé que en esa pelea Peter (Dragicevic) me iba a apoyar a
mí, pero no fue así y, desilusionado y molesto, en 1998 decido irme. Por eso fue
más absurdo aún que, cuatro años después, se me involucrara a mí en la quiebra.
Quiebra que a lo mejor no se habría producido si yo hubiera ganado esa pelea con
esos tipos a los que yo apodé los top ten, por lo delirantes, ignorantes y
agrandados”.
-Es que, aún cuando dices
que en 1998 te fuiste, tu nombre siguió ligado a Colo Colo.
“Sí, pero sólo como asesor
externo. En otras palabras, para Colo Colo hacía sólo un pituto, que tenía que
ver con el banco de datos que poseo de todos los jugadores del fútbol
sudamericano. Pero entre 1998 y el 2002 yo estoy absolutamente al margen de las
decisiones”.
-Una vez, sin embargo,
reconociste que, producida la quiebra, te asustaste.
“Es verdad, y fue algo muy
humano. Porque aunque ya habían pasado cuatro años desde que me había ido del
club, la prensa repetía en forma insistente mi nombre. Por ignorancia o en forma
interesada, o por pasarme la cuenta de viejas diferencias, me involucraban a mí.
El asunto es que, cuando la jueza Eleonora Domínguez me cita a declarar y lee en
sus papeles que yo me había ido del club en 1998 como dirigente, me pregunta: ¿Y
usted, señor Vergara, qué hace aquí? Sorprendido, le digo: No sé… usted me citó.
Me mandó de inmediato para la casa”.
-Pero también fuiste
interrogado por la Bridec.
“Claro. Me citaron, fui a
declarar, y no más comenzada la conversación, que no fue para nada agresiva o
insolente, me di cuenta que los tipos pisaban un terreno que no dominaban.
Querían saber cómo era eso de la compra o la venta de un jugador, el famoso mito
de los dobles contratos y el que Colo Colo no retuviera los impuestos que
supuestamente debían pagar los jugadores, en circunstancias que, para todos los
clubes del fútbol chileno, estaba vigente el DFL 1 del año 1970, que los
liberaba de ese pago como una forma de ayudarlos económicamente en una carrera
que es siempre corta. De la noche a la mañana, y para llevar a la quiebra a Colo
Colo y a la U, ese decreto, que había operado por décadas, se desconocía. En
otras palabras, de un día para otro nos hacíamos de una deuda millonaria. Y mira
cómo fue el trato: mientras a todos los demás clubes se les daban todo tipo de
facilidades para pagar, a nosotros y a la U nos cobraban todo al contado si no
pasábamos a ser Sociedad Anónima. ¿Está clarito, verdad?”.
-¿Qué piensas que el nombre
de Jorge Pellicer surja como probable director técnico de Colo Colo para el
segundo semestre?
“Que es lo más lejano al estilo
de Colo Colo que se pueda imaginar. Para mí sería un tremendo error. Pero no es
algo descartable, porque claramente pertenece a la misma escuela de
Salah”.
-Un Salah al que Dragicevic,
Menichetti y tú llevaron sin dudar en 1986 a Colo Colo.
“Sí, y al que defendimos a
muerte, con una lealtad que no tuvo una vuelta de mano. Todo ello a pesar de que
terminamos por convencernos de que el estilo de Arturo no respondía a lo que fue
siempre la historia del club y que decidimos enmendar con Mirko luego que él nos
deja para ir a la Roja”.
-No me digas que ahora
también vas a desconocer su capacidad…
“Capacidad que sólo le dio para
ganar títulos con nosotros. ¿O Salah ganó algo después que dejó Colo
Colo?”.
“Los síndicos y Blanco y
Negro son los únicos que le han puesto ruedas al Cacique”
“Nunca ha existido menos
transparencia en Colo Colo que tras la quiebra y su conversión en Sociedad
Anónima”. Vergara no se guarda artillería cuando se trata de denunciar las
falencias y debilidades del sistema. Guste o no, argumentos tiene de
sobra.
“Partimos con dos síndicos
sinvergüenzas que llegaron a Colo Colo a ganar plata a manos llenas, a llevar
adelante todo tipo de medidas arbitrarias y que hasta contrataron familiares
directos con sueldos millonarios a costa de los dineros del club. Y eso que,
según ellos, nosotros habíamos dejado una deuda de 30 millones de dólares. Esos
tipos, Saffie Aguayo y Jamarmé, actuaron con la voracidad de las
langostas”.
-¿Por qué a veces sostienes
que es un mito la limpieza de procedimientos que significó el sistema de
Sociedades Anónimas?
“Porque según el marco legal
existe una Superintendencia que supuestamente hace su pega, pero que en realidad
está dibujada. ¿Cómo es posible que los jugadores del plantel, por ejemplo, no
tengan una tasación? ¿No constituyen acaso parte vital del capital del club?
¿Cómo es posible que el todavía presidente de Blanco y Negro, Carlos Tapia,
reciba un sueldo y además plata extra por asesorías? ¿En qué empresa seria un
gerente general recibe un sueldo extra por asesorarse a sí mismo? ¿Y qué hace la
Superintendencia? Mira para el lado. Con esta y con otras clarísimas
irregularidades”.
-¿Cómo lo sabes, si nada
tienes que ver con el club?
“Tengo gente de adentro que me
cuenta. ¿Te acuerdas cuando Gabriel Ruiz Tagle, un empresario supuestamente
intachable, remodeló el Monumental? Se gastó, según él, como 10 millones de
dólares en pintar y en poner las butacas en aquellos sectores que no las tenían.
Ocurre que hace algunos años el Barcelona levanta La Masía para sus divisiones
menores, que entre otras cosas contempla un edificio de cinco pisos de 9 mil
metros cuadrados y esa obra, gigantesca, tiene un costo de 9 millones de euros.
¿Te suena coherente eso? ¿Puede haber comparación en los gastos? Ninguna. Y
averigua quiénes eran los dueños de las empresas encargadas de ejecutar las
obras en el Monumental. Te vas a dar cuenta de que existe toda una coincidencia:
o eran parientes o eran amigos de Ruiz Tagle. Ah, y no te he contado el extraño
caso de Osman Molinas”.
-El jugador paraguayo que
llegó como figura y que no jugó nunca.
“Exactamente. Cuando supe que
venía a Colo Colo me sentí obligado a informarles que Molinas era jugador en un
100 por ciento libre. Lo tenía en mi banco de datos y basado en eso llamé al
gerente y al encargado de prensa del club, para advertirles. Después casi se me
cayó el pelo cuando supe que, por un jugador libre, y paraguayo para más señas,
Colo Colo había pagado algo así como 600 mil dólares. O están todos locos o son
unos frescos. ¿Tú crees que un tronco de primera, como el también paraguayo
Nelson Cabrera, podía costar un millón de dólares? ¡No me
jodan…!”.
-Al actual gerente, Alvaro
Romero, la hinchada casi se lo come vivo tras la asamblea en que se informó
sobre la llegada de Arturo Salah.
“Es un caso curioso, porque el
señor Romero no habría durado un día como gerente de algunas de las empresas que
poseen los dueños de Blanco y Negro. Es un especialista consumado en botar el
dinero del club. A mí me gustaría saber si el señor Leonidas Vial, por ejemplo,
hubiera aceptado con una sonrisa en los labios un despilfarro similar al que
este señor ha llevado a cabo en el club. Como pagarle a Audax por un jugador que
en cosa de días quedaba libre. O como indemnizar a un Labruna que terminaba
contrato en cosa de semanas”.
“La hinchada debe hacer todo
por recuperar el club”
Vergara cree que es obligación
de todo colocolino recuperar el club, logrando que se vaya Blanco y Negro.
Señala: “Desde un principio nos vendieron la pomada. Partieron diciendo que iban
a hacer de Colo Colo el Manchester United o el Barcelona, y que en cinco años
con ellos el club volvía a ganar la Copa Libertadores. Sigo aquí sentado y
esperando. Colo Colo está tan endeudado como lo estuvo siempre, con el agravante
de que, futbolísticamente, damos pena. Por ellos ojalá tampoco existieran los
socios. A estos y a los hinchas sólo los miran como clientes”.
-¿Y crees que la gente de
Blanco y Negro va a querer irse sin antes haber recuperado la plata que han
invertido?
“¡Qué plata…! Ese es otro mito.
Hay algo que todos ignoran: Blanco y Negro lo crearon cinco abogados que
aportaron $ 600 pesos cada uno. En otras palabras, el capital estratosférico del
inicio fueron 3 mil pesos. ¡Tres mil pesos…! Cuando van a la bolsa, logran
reunir como 30 millones de dólares, que se incrementan luego por una cantidad
similar con la venta de jugadores que nosotros dejamos producto de un trabajo
que llevó años. Pese a todo, a estas alturas esta gente ya debe haberse
convencido de que, al menos en nuestro país, el fútbol nunca ha resultado como
negocio. Aunque ellos igual tratan de sacar plata por todos
lados”.
-¿A qué te
refieres?
“Entre otras cosas, a la Casa
del Jugador. Para construirla eliminaron una cancha, pero son los jugadores
jóvenes, supuestamente los favorecidos, quienes menos han disfrutado de ese
edificio, que se arrienda para casamientos, bautizos y todo tipo de eventos que
nada tienen que ver con el fútbol”.
-¿Y se te ocurre la
estrategia para lograr sacar a Blanco y Negro?
“Hay cuatro cosas que se deben
hacer: que el socio y el hincha presionen para lograr que se revise el contrato
de la concesionaria; dar la pelea a través de la Corporación teniendo a Marcelo
Barticciotto como cabeza de playa; que se cree un fondo de inversión en que las
filiales cumplan un papel preponderante, en una especie de capitalismo popular
que signifique que los socios vuelven a ser los verdaderos dueños de Colo Colo.
La cuarta es la menos viable: el desalojo. Acción que la hinchada de Racing de
Avellaneda culminó exitosamente, luego que al empresario Daniel Lalín en una
asamblea le pusieran el bombo de sombrero”.
¿A ti cuál es la que más te
gusta?
“La del fondo de inversión, que
se traduzca en un capitalismo popular. Ya que los señores de Blanco y Negro nos
prometieron convertir a Colo Colo en el Barcelona o en el Manchester United de
Chile, yo me conformo con ser el Borussia Dortmund, un club que fue recuperado
en un 51 por ciento por sus socios y sus hinchas luego que se lo apropiara una
tropa de empresarios tan frescos y chantas como estos de Blanco y
Negro”.
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