por José G. Martínez Fernández.
Aunque el término libertario se aplica a todos aquellos hombres y mujeres que no encasillan herméticamente en una doctrina, y aunque también fue utilizado para mencionar a los libertadores de naciones, el término calza mejor a los anarquistas.
En una entrevista que el célebre novelista portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura, concedió a la periodista chilena Faride Zerán, para la revista ROCINANTE, el gran creador literario señaló: "A veces me denomino un comunista libertario. Hay algo así, hay una tentación y en el fondo no existe ninguna contradicción, porque el comunismo llevado a su expresión última correspondería inevitablemente a la disolución del Estado y, por lo tanto, a la anarquía".
Célebres escritores que fueron ácratas o estuvieron cerca de ese pensamiento son muchos. Baste citar a León Tolstoi y a Víctor Hugo.
Entre los músicos es conocido el caso de Ricardo Wagner.
En la línea filosofal del Anarquismo habría que pensar en Proudhon, el más brillante de los teóricos anarquistas, aunque antes ya habían manifestado ideales similares Platón, Campanella y varios otros grandes pensadores, pero sin llegar a plantear un ideal ácrata global, sino que sólo unos breves esbozos doctrinarios.
El despertar anarquista fuerte se produce fundamentalmente en el siglo XIX. Allí, con la aparición de los libros “¿Qué es la propiedad” de Proudhon y “El manifiesto de la democracia” de Víctor Considerant nace el pensamiento ácrata en debida forma.
Inmediatamente surgirán otros pensadores ácratas que, aparte de teorizar, pondrán en práctica la doctrina libertaria: Miguel Bakunin es el más importante de ellos, y a él le seguirá Kropotkin.
Vendrá una pléyade de grandes ideólogos anarquistas con Sebastián Faure, Errico Malatesta, Francisco Ferrer y otros que encenderán su ideario entre fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Todos ellos eran elementos provenientes de la gran y pequeña burguesía tal como había ocurrido con Bakunin y Kropotkin. Sólo Proudhon, el mayor maestro del ideario, tendrá origen humilde. Malatesta, decían que era, al menos, económicamente rico y otros hablan de que era muy rico.
El pensamiento libertario se sostiene, apenas, con una escasa literatura, porque la poderosa máquina capitalista y la máquina dogmática del materialismo –llámese histórico o dialéctico- le cerraron muchas vías para difundirlo.
La doctrina se ha sostenido en el valor de la individualidad y del apoyo mutuo y ha sido una base fundamental para defender a los sectores más pauperizados de la sociedad.
Sus luchas permitieron la reducción de las horas laborales, las mejoras en los lugares de trabajo, mejoras salariales, el advenimiento de mejores viviendas y otros muchos logros.
No se puede, eso sí, dejar de señalar que el Marxismo hizo su gran aporte en ellas.
En un momento anarquistas y marxistas eran amigos, hasta que Marx se enfrentó con Bakunin en un rico debate de ideas; pero ello no implica que ambos no hayan sellado un mejor sistema para las clases asalariadas de entonces y que sirvió de piso para los subsiguientes batallas por mejorar las condiciones de vida de los más pobres.
Aunque aún subsisten parcelas de miseria importantes en el mundo, no se puede negar que no son lo mismo que hace un siglo, por ejemplo.
Es cierto que la tecnología ayudó mucho al progreso de las capas más empobrecidas, pero de no ser por la existencia de libertarios y socialistas, la cosa habría avanzado a un ritmo menor.
Además, no debemos olvidar lo que dijo un anarquista: “No puede arrogarse el Estado el avance de las ciencias y los logros tecnológicos.
Esos avances se deben, en su absoluta mayoría, a hombres que eran partidarios de las luchas sociales“.
José G. Martínez Fernández
(FUENTES:
ROCINANTE, revista. Santiago de Chile, junio de 2003.
"¡ANARQUISTAS! Sus hombres, sus ideas, sus luchas". José G. Martínez Fernández. Libro inédito. )
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domingo, 14 de febrero de 2010
viernes, 8 de enero de 2010
BAKUNIN: EL MÁS GRANDE ANARQUISTA

por José G. Martínez Fernández.
Miguel Bakunin es uno de los hombres fundamentales en el despertar de las luchas sociales producidas en el siglo XIX. Por haber unido teoría y praxis se convierte en la más alta figura universal que ha tenido el anarquismo.
Pierre J. Proudhon con su libro “¿Qué es la propiedad?” se convirtió en el intelectual fundamental de la doctrina ácrata. Su dibujo de la sociedad, a partir de la premisa de su señal “la propiedad es un robo”, es la piedra-base del pensamiento anarquista.
Kropotkin, Malatesta, Faure, Ferrer, son otros importantes pensadores de esta doctrina. Todos ellos sufrieron persecución por parte de la gran burguesía enquistada en el Poder.
Kropotkin vivió muchas cárceles. Malatesta, prisiones y juicios. Faure fue igualmente perseguido; y el español Francisco Ferrer fue “ajusticiado” por habérsele vinculado al atentado contra un rey de su país.
Es decir, los cuatro, intelectuales y teóricos del anarquismo, vivieron sinsabores por poner sus ideas y sus luchas junto a los desamparados del mundo.
Sin embargo, es Miguel Bakunin quien mejor reunió ideas con acciones. Fue tan grande su batalla contra el sistema burgués que enfrentó muchas y largas temporadas en cárceles y fue dos veces condenado a la pena de muerte. Burlaba los aparatos carcelarios y volvía a la lucha. Nada lo cansaba.¡Qué porfiado era este hombre!
36 años estuvo al borde del precipicio, pero siempre le hizo el quite.
Su lucha empezó a los 26 años, en 1840, en Alemania y concluyó sólo con su muerte, en 1876 en Berna.
Había nacido en Rusia en 1814, hijo de una familia de la nobleza.
Así fue como llegó a ser oficial del Ejército Ruso, pero a los 20 años advirtió las injusticias sociales y abandonó al Ejército.
Luego su mundo fue la lectura de clásicos del pensamiento social: Marx, Stirner, otros.
Viviendo en París entre 1844 y 1847 estableció amistad con Proudhon y otros importantes activistas revolucionarios.
Más tarde participa, como uno de los líderes esenciales, en el levantamiento popular de Praga y en la Revolución de Trieste.
Bakunin fue el revolucionario del siglo XIX más castigado por los aparatos estatales.
Su pensamiento es bastante importante para el debate social –y por ende- muy extenso.
Un gran hombre como Miguel Bakunin, que soportó la tortura, que bordeó el intento suicida (por el sufrimiento carcelario extremo), no traicionó a sus compañeros como se le quiso hacer aparecer cuando, desde la prisión, envió una extensa carta al Zar Nicolás I, la cual posteriormente se publicó bajo el título de "Mi vida".
En dicha carta señaló estar arrepentido de sus ideas y de sus "fechorías". Sin embargo, todo ello fue, justamente, una forma irónica de acusar la explotación y las diversas injusticias en el mundo.
Fue un hombre de una convicción intelectual clara y de una resistencia heroica que incluso conmovió a sus enemigos, llegando uno de ellos a decir que si en París (tras un levantamiento revolucionario allí) hubieran trescientos hombres como Bakunin, no habría forma de gobernar.
Su heroísmo incluso alcanza ribetes épicos que apenas tiene símiles en la historia de la humanidad.
Su nombre, un tanto callado, se debe al trabajo de la burguesía de dejar de citar a esos fantasmas que le dan miedo, ya que sirven de modelo a los nuevos luchadores sociales, y también ese casi olvido se debe al trabajo de los representantes del materialismo histórico que han intentado que el pensamiento de Bakunin, Kropotkin, Malatesta, Faure y otros grandes ideólogos ácratas, no sea conocido para no “afectar” su utopía que -hecha realidad- provocó millones de muertos, millones de sometidos, millones de expulsados, abofeteados y burlados.
Bakunin hace fe de coraje, de honestidad y de solidaridad en la siguiente inteligente y bella exposición al Zar Nicolás I, lo que demuestra que su convicción libertaria no la abandonaba ni en la prisión: "...amor a la libertad y odio invencible a toda opresión, odio más intenso aún cuando esa opresión se refería a otro y no a mí mismo. Buscar mi felicidad en la felicidad de los demás, mi dignidad en la dignidad de todos los que me rodeaban, ser libre en la libertad de los otros, he aquí mi credo, la aspiración de toda mi vida. Yo consideraba como el más sagrado de los deberes, rebelarme contra toda opresión, cualquiera que fuera el autor o la víctima".
Si bien Proudhon representa el gran inicio intelectual del anarquismo, y si Kropotkin semeja lo mismo junto su gran actividad práctica, no hay duda que el hombre que mejor reunió mucho de ambas cosas (teoría y praxis) fue Miguel Bakunin, indudablemente el más grande de todos los anarquistas de la historia universal.
“La libertad sin el socialismo es el privilegio, la injusticia; y el socialismo sin la libertad, es la esclavitud y la brutalidad”.
Eso lo dijo Miguel Bakunin y cuánto de cierto tienen esas palabras.
José Martínez Fernández
Fuentes:
1.- ¿Qué es la propiedad?. Pierre J. Proudhon. Diversas ediciones.
2.- Revolucionarios y Reformadores. Gustavo Loyola Acuña. Santiago de Chile, 1936.
3.- ¡Anarquistas!: Sus hombres, Sus ideas, Sus luchas. José G. Martínez Fernández. Libro aún inédito.
Miguel Bakunin es uno de los hombres fundamentales en el despertar de las luchas sociales producidas en el siglo XIX. Por haber unido teoría y praxis se convierte en la más alta figura universal que ha tenido el anarquismo.
Pierre J. Proudhon con su libro “¿Qué es la propiedad?” se convirtió en el intelectual fundamental de la doctrina ácrata. Su dibujo de la sociedad, a partir de la premisa de su señal “la propiedad es un robo”, es la piedra-base del pensamiento anarquista.
Kropotkin, Malatesta, Faure, Ferrer, son otros importantes pensadores de esta doctrina. Todos ellos sufrieron persecución por parte de la gran burguesía enquistada en el Poder.
Kropotkin vivió muchas cárceles. Malatesta, prisiones y juicios. Faure fue igualmente perseguido; y el español Francisco Ferrer fue “ajusticiado” por habérsele vinculado al atentado contra un rey de su país.
Es decir, los cuatro, intelectuales y teóricos del anarquismo, vivieron sinsabores por poner sus ideas y sus luchas junto a los desamparados del mundo.
Sin embargo, es Miguel Bakunin quien mejor reunió ideas con acciones. Fue tan grande su batalla contra el sistema burgués que enfrentó muchas y largas temporadas en cárceles y fue dos veces condenado a la pena de muerte. Burlaba los aparatos carcelarios y volvía a la lucha. Nada lo cansaba.¡Qué porfiado era este hombre!
36 años estuvo al borde del precipicio, pero siempre le hizo el quite.
Su lucha empezó a los 26 años, en 1840, en Alemania y concluyó sólo con su muerte, en 1876 en Berna.
Había nacido en Rusia en 1814, hijo de una familia de la nobleza.
Así fue como llegó a ser oficial del Ejército Ruso, pero a los 20 años advirtió las injusticias sociales y abandonó al Ejército.
Luego su mundo fue la lectura de clásicos del pensamiento social: Marx, Stirner, otros.
Viviendo en París entre 1844 y 1847 estableció amistad con Proudhon y otros importantes activistas revolucionarios.
Más tarde participa, como uno de los líderes esenciales, en el levantamiento popular de Praga y en la Revolución de Trieste.
Bakunin fue el revolucionario del siglo XIX más castigado por los aparatos estatales.
Su pensamiento es bastante importante para el debate social –y por ende- muy extenso.
Un gran hombre como Miguel Bakunin, que soportó la tortura, que bordeó el intento suicida (por el sufrimiento carcelario extremo), no traicionó a sus compañeros como se le quiso hacer aparecer cuando, desde la prisión, envió una extensa carta al Zar Nicolás I, la cual posteriormente se publicó bajo el título de "Mi vida".
En dicha carta señaló estar arrepentido de sus ideas y de sus "fechorías". Sin embargo, todo ello fue, justamente, una forma irónica de acusar la explotación y las diversas injusticias en el mundo.
Fue un hombre de una convicción intelectual clara y de una resistencia heroica que incluso conmovió a sus enemigos, llegando uno de ellos a decir que si en París (tras un levantamiento revolucionario allí) hubieran trescientos hombres como Bakunin, no habría forma de gobernar.
Su heroísmo incluso alcanza ribetes épicos que apenas tiene símiles en la historia de la humanidad.
Su nombre, un tanto callado, se debe al trabajo de la burguesía de dejar de citar a esos fantasmas que le dan miedo, ya que sirven de modelo a los nuevos luchadores sociales, y también ese casi olvido se debe al trabajo de los representantes del materialismo histórico que han intentado que el pensamiento de Bakunin, Kropotkin, Malatesta, Faure y otros grandes ideólogos ácratas, no sea conocido para no “afectar” su utopía que -hecha realidad- provocó millones de muertos, millones de sometidos, millones de expulsados, abofeteados y burlados.
Bakunin hace fe de coraje, de honestidad y de solidaridad en la siguiente inteligente y bella exposición al Zar Nicolás I, lo que demuestra que su convicción libertaria no la abandonaba ni en la prisión: "...amor a la libertad y odio invencible a toda opresión, odio más intenso aún cuando esa opresión se refería a otro y no a mí mismo. Buscar mi felicidad en la felicidad de los demás, mi dignidad en la dignidad de todos los que me rodeaban, ser libre en la libertad de los otros, he aquí mi credo, la aspiración de toda mi vida. Yo consideraba como el más sagrado de los deberes, rebelarme contra toda opresión, cualquiera que fuera el autor o la víctima".
Si bien Proudhon representa el gran inicio intelectual del anarquismo, y si Kropotkin semeja lo mismo junto su gran actividad práctica, no hay duda que el hombre que mejor reunió mucho de ambas cosas (teoría y praxis) fue Miguel Bakunin, indudablemente el más grande de todos los anarquistas de la historia universal.
“La libertad sin el socialismo es el privilegio, la injusticia; y el socialismo sin la libertad, es la esclavitud y la brutalidad”.
Eso lo dijo Miguel Bakunin y cuánto de cierto tienen esas palabras.
José Martínez Fernández
Fuentes:
1.- ¿Qué es la propiedad?. Pierre J. Proudhon. Diversas ediciones.
2.- Revolucionarios y Reformadores. Gustavo Loyola Acuña. Santiago de Chile, 1936.
3.- ¡Anarquistas!: Sus hombres, Sus ideas, Sus luchas. José G. Martínez Fernández. Libro aún inédito.
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