Sebastián Piñera ganó lejos
El Consejo-Jurado, que otorga la mención de El (o Los) despreciables del mes, se reunió con alguna tardanza, pero mostrando la misma tradicional rigurosidad para nominar a quien se hace acreedor a este honorable título. Juan, “el pelao” propuso reelegir al alcalde de Aisén, por insistir en forma majadera en sus críticas al Gobierno, tratando de hacer pensar a la población que los movimientos telúricos y lamentables desgracias ocurridas en la región se debieron a la falta de previsión de Michele Bachelet. El “cara de cambucho”, otro ilustre miembro del Consejo, propuso al o los parlamentarios que regalaron entradas a deudores habitacionales con el fin de aportillar la cuenta anual de la Presidenta el 21 de mayo: “Ese imbécil no merece otra cosa que ser nombrado despreciable, ya que la forma de hacer oposición ha sido baja y ruin”, argumentó con vehemencia.
Pero desde el fondo de la sala surgió una voz potente: ¡Sebastián Piñera se lo merece, pues es un caradura!. Era el “Comegatos” (no confundir con el personaje de Condorito), quien comenzaba a pronunciar un discurso mientras caminaba a paso firme con dirección a la testera que yo presidía. No alcanzó a terminar su discurso, pues un cerrado aplauso lo acalló. Se votó a mano alzada y todos concluyeron en que el próspero empresario merecía con creces el título. Se redactó rápidamente un documento fundamentando la decisión:
“El Seba es un caradura. No merece perdón de Dios. En sus afanes presidenciales insiste en criticar a muy bajo nivel a Michele Bachelet tratando de mostrarla como un ser débil, dominada por sus pares y por los partidos que conforman la Concertación mostrando su posición machista (Nota de la Redacción: la palabra machista fue incluida por una mención de la “Pepa” la única integrante mujer del Consejo Jurado). Si sigue así se va a convertir, al igual que su ex amigo Joaquín Lavín, en un eterno presidenciable perdedor. Su baja manera de hacer política no es algo nuevo. Hay que recordar aquella noche del 23 de agosto de 1992, cuando una grabación difundida en un programa de televisión desnudó sus ambiciones dando a conocer una conversación en la que intentaba dar instrucciones al periodista Jorge Andrés Richards, a través de su amigo Pedro Pablo Díaz (ejecutivo de Coca Cola-Chile) para que en una futura entrevista perjudicara y dañara la imagen de Evelyn Matthei (tambien entonces presidenciable) que era su propia correligionaria en Renovación Nacional (posteriormente ella se fue a la UDI). Se trataba de sacar de carrera a la Matthei para “correr” solo, sin importarle valores éticos. El fin justificaba los medios al parecer”.
Para reforzar la nominación, el documento de nuestro Honorable Consejo-Jurado, decidió incluir parte de la grabación. Dejamos en claro que el posterior trabajo de lavado de imagen de Piñera fue brillante. A El se le dejó como una victima de espionaje y los medios soslayaron el contenido de la grabación, la que va a continuación:
Sebastián Piñera: “…,que todo lo que dicen después lo tienen que contradecir, huevón ¿ah? Divorcio, que está preparada, que ley de divorcio, hablemos en contra del divorcio, a favor del divorcio. Que está preparada, que no está preparada. Después una cuestión, le podís decir tú: hace dos años atrás, cierto... no, eso no en realidad...."
Pedro Pablo Díaz: ¿Qué poh?
Sebastián Piñera: No es que me decía Jorge Carey, lo que me dijo Jorge Carey, tal que esta mina] hace dos años atrás fue a buscarlo ella para para a Jarpa y ahora... Lo que puede tratar de meterle, es el síndrome, cierto, de una huevá débil, inestable. Que va p'allá, que va p'acá, que pega tiros, que pega tiros p'acá. Pero con suavidad, no puede transformar a la Matthei en víctima, ¿ah?
Pedro Pablo Díaz: Exactamente
Sebastián Piñera: Le puede decir, por ejemplo, mire: todo el país conocía, una de las características, todo el país conocía, cierto, cuando su papá era Comandante en Jefe, cierto, eeh, el, las, el hecho de que que decía una cosa, después se contradecía, al final nadie sabía nunca qué diablos pensaba, porque decía diez cosas distinta en diez minutos.¿Ah? Da la impresión que eso también se extiende a usted. ¿Me entiendes o no?, ¿ah? Y ahi le puede tirar la cosa de que estoy prepará, no estoy prepará, la cosa del divorcio, no estoy con el divorcio; o sea en 30 segundos se da vuelta de carnero]. ¿Cuál es? ¿Me entiendes o no? Ese es un punto firme
Pedro Pablo Díaz: Bueno, lo voy a repasar con el Pelao. Al tiro, Voy a cortarte y te voy a llamar al Pelao
Sebastián Piñera: Pero tenís que hacerlo bien hecho. Tiene el ejemplo del divorcio, tiene el ejemplo de si está preparada, tiene el ejemplo, oye también de que... ¿en qué otra cuestión se ha dado vuelta ella?
Pedro Pablo Díaz: De la catolicidad. De ir a misa, es católica y no va a misa, o sea, dejarla en contradicción, dejarla...
Sebastián Piñera: Claro
Pedro Pablo Díaz: Usted dijo que su papá se había convertido al catolicismo con la venida de Juan Pablo II...
Sebastián Piñera: Eso dijo... y dice que es luterano
Pedro Pablo Díaz: Y ahora dice que es luterano. Usted dice que es católica y no va a misa, ¿cómo es la huevá?
Sebastián Piñera: Pero la gracia es que trate elegantemente de dejarla como una cabrita chica, cierto, despistada, que está dando palos de ciego, sin ninguna solidez, me entendís tú ¿o no?
Pedro Pablo Díaz: Claro, claro, no de víctima, por ningún motivo
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