miércoles, 4 de marzo de 2009

Lo que queda tras el Festival de Viña del Mar


Por la música chilena

Tita Parra

(Reflexiones de la hija de Isabel Parra y nieta de Violeta, luego del triunfo de la canción escrita por su madre que se impuso en la competencia folklórica del Festival de la Canción de Viña del Mar. La artista hace un llamado a los medios de comunicación y a los chilenos para defender y difundir nuestra música y dejar de lado el “farandulismo” .)

Este no es un tema para debatir, es simplemente para comunicar y celebrar el triunfo de la música chilena en los 50 años del Festival de Viña del Mar 2009, que obtuvimos por la canción de Isabel Parra, "Cuecas al Sol".
Hicimos una presentación con un grupo de cinco personas, entre los cuales se destacó Camila Méndez, como la voz solista; Rodrigo Apablaza, escritor del arreglo y tocando la guitarra; Pablo Lecaros, fundamental en el contrabajo; Antar y su guitarra, y yo cantando la segunda voz apoyando a la Camila y tocando el cuatro venezolano.
Estamos todos felices y orgullosos, porque fuimos premiados como mejor intérpretes y como la mejor canción. Nos ganamos tres liras de Oro y tres Gaviotas.
La experiencia fue agotadora. Es muy duro tener que competir, la disciplina del Festival es tremenda y hay que estar concentrados y entregados absolutamente a lo que estamos haciendo, muchos ensayos y correcciones de detalles, ya que todo está en juego para hacerlo lo mejor posible.
Y la alegría de ganar es realmente muy gratificante, pero lo mejor de lo mejor es sentir el amor y el cariño de los amigos, la gente, el público que ama a Chile y respeta a sus artistas.
Los medios de comunicación estuvieron muy ausentes, la cobertura de prensa fue insignificante, pero no importa, para eso ahora tenemos la Internet y yo estoy trabajando a diario y mucho haciendo la difusión que se merece este acontecimiento.
Es un triunfo de la música chilena, del legado de Violeta Parra, del talento de Isabel Parra, la cual tiene su estilo de composición propio, con estas cuecas que son femeninas, poéticas, sencillas, alegres, bellas musicalmente, y que nosotros los intérpretes tuvimos el honor de poder cantar y tocar en ese escenario apabullante de la Quinta Vergara.
Camila Méndez fue invitada por Isabel a cantar estas cuecas, como una forma de abrir el espectro del folklore y de la música popular chilena hacia las nuevas generaciones, y la gente acogió y comprendió muy bien esta intención, que a su vez Camila asumió con entereza, poniendo en juego todo su talento, su juventud, y especialmente su voz.
Hay muchas cosas que disfrutar, aprender y conocer de estas experiencias. Creo que yo aporté con mi carácter perfeccionista, que esta vez fue bien canalizado y con mucha conciencia. En otras palabras fui “hincha pelota” con los detalles, pero eso me encanta y estoy feliz por eso. Tenía sentido, no se puede jugar a medias y siempre se pueden hacer las cosas mejor.
El autor del arreglo, el maestro Rodrigo Apablaza, supo encauzar su gran talento y conocimiento musical en un arreglo bello, formalmente perfecto, que sólo realzó la canción, sin caer en parafernalias festivaleras, pero de todos modos logró engrandecerla, tarea difícil.
Pablo Lecaros, con el contrabajo y su tremendo oficio, nos dio la firmeza que se necesita, el color suave y profundo de su instrumento. También nos ayudó con el canto.
Y Antar se esmeró en acompañar a toda guitarra, como otro exponente joven que respeta y ama la música que le es legada de alguna forma por sus ancestros Parra y también nos apoyó en el canto.
Todas estas cosas se tienen que conjugar para hacerlo bien, y por ahí me contaron que el jurado hizo una evaluación unánime a favor nuestro.
Fue maravilloso haberse ganado todos los premios para Chile, para la gente, el público chileno que está orgulloso de su arte musical, así como para nosotros es un orgullo también ser parte del movimiento musical chileno.
Hago un llamado a la Prensa de Chile y a los medios de comunicación y también a ustedes, a nuestros amigos de Facebook, para que sigan apoyando a la música chilena, para que no perdamos el rumbo de nuestra identidad y que el arte y la cultura chilena hay que apoyarla, hay que difundirla, no se puede quedar en concursos y premios y estatuillas o gaviotas, si no que debemos proyectar nuestro trabajo más sistemáticamente en nuestra vida diaria, tener y hacer más festivales de cultura y no competitivos, abrir espacios y escenarios para las tocatas y los shows, difundir estos para que la gente conozca a sus artistas, los valore, apoye y aprecie, los motive a seguir cantando, estudiando y componiendo, para que nunca más ocurra el desastre de la muerte de la Violeta con ningún artista chileno, así como ocurrió el asesinato de Víctor Jara, como ocurrió con el destierro de los músicos chilenos obligados al exilio por tantos años, y acá en Chile produjo un vacío terrible, ya que no hay peor tragedia para un pueblo que le quiten su cultura y la reemplacen por muerte y terror, como fue esa persecución del que Chile tiene, y tenemos todos, tanto trauma.
Por eso es que me alegro de este triunfo, porque es un forma de remediar en parte, de reconocer, de romper la barrera que siempre hubo impuesta, entre los artistas, por ejemplo, Isabel Parra, y nosotros mismos, con el público, ese aislamiento que Chile no se merece a estas alturas.
Es tiempo ya que los chilenos amen su música, asistan a los shows, se toque en la radio nuestra música, salga por la TV a todas partes, cada uno de los discos Fondart se conozcan, se vendan y distribuyan, se deje a un lado el farandulismo pobre y vergonzoso y elevemos el nivel de las comunicaciones, difundiendo lo que es valioso y ¡a la basura con la basura!
Bueno mis amigos queridos, yo estoy poniendo en discusión ahora estos temas, ya que son nuestra preocupación fundamental para sanar este país.
Los quiero mucho, y estoy super motivada a seguir trabajando, a componer y cantar.

Tita Parra


Nota de la Redacción:
Este artículo fue publicado en la red Facebook para ser compartido y nos da mucho gusto reproducirlo en Prensa-Abierta. Coincidimos plenamente con los planteamientos de la nieta de Violeta Parra. La música chilena y latinoamericana merece más respeto y los medios de comunicación deben replantear sus objetivos y dejar de lado la nociva “ley del mercado” para determinar sus pautas periodísticas.
Personalmente busqué en los medios de Internet (vivo lejos de Chile) informaciones acerca de las canciones en competencia en la recién terminada versión del Festival de la Canción de Viña del Mar. Encontré sólo pequeños párrafos aislados. Por el contrario, la elección de la reina del festival, con el consiguiente piscinazo, la “chimuchina”, el cahuín, las excentricidades del millonario Leonardo Farkas, el show, y en general el circo, ocupaban privilegiados espacios y coloreaban las primeras páginas.
Tal como lo dijo la autora de la canción ganadora, Isabel Parra, la priorización del show por sobre la muestra musical es un problema histórico de este certamen y parece no existir forma de evitarlo. El “monstruo”, apelativo como se ha bautizado al público, es el que decide, con la complicidad de conductores, productores y medios de prensa.
Quizás llegue el día en que la competencia se separe de la fanfarria y del circo. Quizás alguna vez recuperemos la idea de hacer festivales no competitivos, como lo dijo Tita Parra, quizás al estilo de lo que fue el Festival de La Nueva Canción Chilena, realizado en el Estadio Chile antes de que cayera la oscuridad sobre Chile. Recuerdo entonces que allí se estrenó la Cantata Santa María de Iquique y los creadores, de diversas tendencias políticas, tuvieron la oportunidad de mostrar sus obras sin darse codazos, como compañeros de una misma causa: la buena cultura popular.
E.O.P.

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