AQUELLA GRAN REVISTA DE ANTAÑO
El Musiquero fue una extraordinaria revista destinada a difundir entrevistas y temas musicales de autores tan célebres como Violeta Parra, Víctor Jara, Rolando Alarcón, Lucho Gatica y muchos más. Junto a ello también difundió poesía.
Escrito por José Martínez Fernández
Le tengo un gran cariño a la revista EL MUSIQUERO. Yo escribí en ella en sus últimos dos años (1975-1976). Me había llevado hasta ella el periodista Ernesto Olivares Perke, quien luego trabajó en los Estados Unidos y -de vuelta en Chile- en importantes medios de comunicación escritos y radiales a nivel nacional. Estaba casado con la hija de Óscar Olivares, “el perla chico”, quien fue el director de la revista. Cuando EL MUSIQUERO iba a morir (junio de 1976) Óscar me obsequió un larga duración de vinilo con canciones del dúo que integraba junto a Luis Castillo: LOS PERLAS. Óscar Olivares era la sencillez misma. Esa sencillez que junto a su compañero repartió por el mundo difundiendo la llamada cueca urbana y brava. Instalado el gobierno militar don Óscar Olivares siguió con su proyecto, aunque su revista estaba “marcada” por haber realizado varias entrevistas a QUILAPAYÚN y a Víctor Jara y a tantos otros baluartes de la llamada canción comprometida. En las páginas de EL MUSIQUERO se vertieron entrevistas y canciones no sólo de los citados, sino también de Rolando Alarcón, Eduardo Gatti, Violeta Parra, y otros reconocidos miembros de la canción social, al mismo tiempo que no por ello se dejó de lado a Lucho Gatica, Antonio Prieto y otros célebres intérpretes y compositores. No tenía sectarismos don Óscar Olivares ni tampoco Ernesto. Las únicas obligaciones que exigía eran crónicas de calidad y veraces. Artistas y grupos musicales a nivel mundial aparecieron reseñados en EL MUSIQUERO: Los Beatles, Rolling Stones, Raphael, Nino Bravo y muchos más. No sólo sus canciones, sino sus historias, análisis y entrevistas. Aparte de ello se abrió en el medio un espacio a los poetas populares. Por ello yo no entiendo a algunos, pocos, que dicen que EL MUSIQUERO era una mala revista. Obviamente puede haberlo sido para quienes sufrieron el rechazo, porque no fueron aceptados por la mediocridad de sus temas o de sus voces. EL MUSIQUERO era muy selectivo. Recuerdo que –a través mío- se intentó que llegaran hasta Óscar Olivares y su yerno obras de unas personas apellidadas Ulloa, Yáñez, entre otras. Textos horribles, que no valía la pena que don Óscar perdiera, a pesar de su voluntad, el tiempo en ellos. Incluso –recuerdo bien- Ulloa había copiado casi íntegramente un texto de Jairo. Eso me recordó cuando, siendo jurado de un concurso de poesía en Arica, nos llegó un poema famoso –Madrigal, de Gutierre de Cetina- y que se atribuía un humilde muchacho que yo conocía. El plagio fue advertido por la profesora universitaria y poeta Alicia Galaz, por el bardo Oliver Welden y por todo el jurado. Lo descalificamos en la primera vuelta de selección. Florencio Faúndez, con un excelente poema, se llevó el primer lugar en forma unánime. Ernesto Olivares tenía la misma percepción de la calidad. No iba a perder el tiempo en esas “letras” de una pobreza espantosa o vulgares copias. Óscar Olivares y Luis Castillo (LOS PERLAS) han desaparecido. De mi buen amigo Ernesto Olivares no sé hace años. Quizás esta crónica permita reencontrarnos y brindar juntos por EL MUSIQUERO y su gran aporte a la música, a los compositores musicales, a los poetas populares y a otros valores.
Nota de la Redacción:
¡Y nos encontramos a través de este milagro que se llama Internet! El Musiquero sí era una revista de música, lejana a lo que hoy se llama farándula. Esta breve crónica de Martínez pone las cosas en su lugar para aquellos que consideraban esta publicación como un simple cancionero. El autor de este artículo es un notable escritor. Nació en Arica en 1949 y sus primeros poemas los escribió entre los 12 y 13 años. A los 15 expuso algunos de ellos en el diario mural del Liceo en que estudiaba. A los 17 ganó el Primer Premio de Poesía de la Universidad del Norte. En julio de 1967 a los 18 años creó la revista Serie Poética en que publicó sus poemas. Posteriormente suspendería su carrera por el compromiso clandestino adquirido durante la dictadura militar.
Ha editado siete libros de poemas junto a una novela “Juegos Indebidos” en dos ediciones 1979-1980; en 1985 “El gran día de los elefantes y otras historias” una recopilación de cuentos; en 1988 un ensayo “Allende: su vida y su Pensamiento Político”; en 1991 el testimonio “Calama, el crimen del siglo”; y en el 2003 una antología de cuentos “Cinco Grandes Cuentos Latinoamericanos.“ Se suma una obra dramática, “El Pasado es una Triste Canción”; y un cuento, “Niño del Mundo.
Avalado por esta larga trayectoria ha fundado y dirigido las siguientes publicaciones literarias; Serie Poética, Encuentro, Consecuencias, Arle, Planeta de Flor y Barro, y Nueva Línea. Actualmente dirige”Palabra Escrita” publicación de poesía que ya va en su número 48 y 7 números de un folleto denuncia titulado “Marcuse”.
Ha hecho periodismo literario e informativo en diferentes diarios ariqueños entre 1969 a 1973, posteriormente en el diario Las Ultimas noticias de Santiago entre 1975 y 1976, en la revista El Musiquero de Santiago entre 1975 y 1976, en la revista VEA, en el periódico El Despertar de Curacaví, y los diario ariqueños 7 de Junio, El siete de Arica y el Global de Arica. Su obra ha sido comentada por escritores tan relevantes como Manuel Rojas y Víctor Castro.
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