Importante lector: No se moleste conmigo.
No soy yo quien ha dicho semejante estúpida frase.
Ella pertenece al camaleón José Rodríguez Elizondo cuando era joven (noviembre de 1971) y era comunista.
Eso lo dijo en su libraco, ya hecho trizas por el paso de los años, ya que se editó en un papel de mala calidad (papel imprenta, muy delgado, en la Editorial del PC: Austral).
Ese libro se llama MITOLOGÍA DE LA ULTRAIZQUIERDA.
En él acusó de elementos que le hacían el juego a la burguesía a los entonces líderes del MIR: Miguel y Edgardo Enríquez Espinoza, hermanos Pérez Vargas y tantos otros que, al revés de él, no salieron huyendo tras las tropelías del bárbaro asesino Pinochet.
No acusó al gran Luciano Cruz porque este luchador mirista había muerto pocos meses antes.
Este sociólogo y abogado hizo en tal libro una masacre contra muchos, incluido a los que nos gustan los deportes, como espectadores.
Dice en parte de su libraco: "Lo interesante, desde un punto de vista científico, es que, en su ingenuidad, valoran expresamente la función narcotizante del deporte profesional..."
Sigue:"Confluyen acá diversos aspectos de un sistema en crisis. Primeramente, la necesidad de evasión de las masas a través de un sucedáneo del circo romano. En segundo lugar, la captación de esa necesidad por parte de los sectores interesados en la explotación del deporte. En tercer lugar, la edificación de un sistema que, a partir de la necesidad satisfecha, informe y comente sin cuestionar ni la legitimidad de la necesidad ni la legitimidad de su satisfacción".
Como se ve aquí da palos al público y a la prensa deportiva, como ente que "mete" en la cabeza de ese público las manifestaciones atléticas, como si los amantes del deporte, en casi su totalidad, fueran bestias ignorantes.
Otro gran mensaje "filosófico" de este sectario personaje: "Lo emocionante, lo grato del fútbol es que la gente olvida, gracias a él, sus problemas".
Como parece que la parte referida al fútbol fue escrita en 1970, el autor señala una pregunta bárbara: "¿En momentos en que el Campeonato Mundial de Fútbol narcotiza el razonamiento de grandes sectores de la población?".
El singular José Rodríguez Elizondo, sin embargo, parece gustar de este narcótico...¿O cómo se explica que en el anterior gobierno de Bachelet haya sido uno de sus asesores?
Bachelet fue a ver toda la Copa América en los partidos en que jugó Chile.
¿Estaba narcotizada Bachelet?
Una pregunta para el amargado José Rodríguez Elizondo.
En lo que respecta a mí, yo seguiré viendo fútbol y otros deportes de calidad.
Lo mismo, sé, harán mis amigos que gustan de esa alegría que nos entrega el deporte y que el pueblo, la gran masa popular, se complace en ver.
Además el deporte es un verdadero cordón umbilical en la unidad de los países.
Parece que Rodríguez olvidaba, en 1970, que la Unión Soviética, la República Federal Alemana, Yugoslavia, Checoslovaquia y otros países "rojos" practicaban el fútbol.
Pero, como el libro trata el deporte en medio de tantas argucias políticas, es importante citar una de las frases de cierre de esta MITOLOGÍA en que vuelve a "golpear" a los miristas:
"Por todo lo anterior, y en nombre de las nuevas relaciones, no estaría mal que los revolucionarios impacientes se sacaran de la cabeza aquello que aprendieron de Jean Paul Sartre: que los comunistas tienen miedo de la revolución".
Él, ya lo dijimos, ya no es comunista. Es un magnífico socialdemócrata.
Es bueno haber puesto lo que decía sobre Sartre.
Sartre estando muerto sigue vivo. Por su enormidad intelectual. Rodríguez Elizondo está muerto por sus ideas bárbaras y sus odios por muchas cosas (las del deporte) y por de los muchachos que, al menos en Chile, murieron por la revolución.
José G. Martínez Fernández
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