por José G. Martínez Fernández.
El aeropuerto y los caminos -destruidos en parte- son responsabilidad de las autoridades del MOP. Los edificios hechos por empresarios son responsabilidad de ellos y de los Municipios. Un verdadero caos producido por los que hablan de orden. Y en nombre de ese orden aplican un toque de queda estilo Pinochet.
Los terremotos en Chile son predecibles. El más fuerte en el mundo ocurrió en Valdivia en 1960. Como país sísmico tendríamos que tener una óptica previsora y, por ende, cuidadosa frente a la forma y los materiales con que se construye. Y las autoridades velar por los intereses de las personas que van a vivir en esas construcciones.
Pero ello no ocurre. El reciente evento de este tipo dejó en evidencia las falencias de nuestras autoridades.
Estoy un poco lejos de Chile. El terremoto “me pilló” a más de dos mil kilómetros de mi ciudad de residencia: Santiago. Sé –por los vecinos amigos- que mi departamento, como los de ellos, se ha destruido en buena parte. Me llegan las fotos.
Nuestros departamentos, aunque viejos, se dañan, pero menos que otros que, con autorizaciones municipales extrañas, se han destrozado más y son nuevos.
En el sur de Chile…en especial en Concepción la gente se ha quejado de la destrucción de departamentos nuevos…¿Quién autorizó, señores de la Municipalidad de Concepción, esas construcciones? ¿Cuántos muertos hay a causa de vuestra irresponsabilidad?
¿Son tan malos gestores como los de los municipios de ciudades en que otros edificios nuevos se vinieron al suelo sembrando dolor y muerte? ¿Tenéis conciencia de los crímenes cometidos por negligencia o intereses vuestros y de empresarios sin más alma que el dinero?
Porque quien mata con un arma es ciertamente un criminal y vosotros, al no poner en las obras los materiales que la hagan más sólidas, creáis obras que son verdaderas bombas de tiempo: ¿No sois también criminales?
Ahora, ya causada tanta muerte, empiezan a levantar cadáveres. Lentamente. Pero se olvidan de millares de ciudadanos sedientos y hambrientos. Esos ciudadanos, en diferentes ciudades de Chile, han salido a buscar, desesperadamente, cómo obtener algo para beber o comer.
Los que sacan electrodomésticos son simplemente ladrones.
Pero mucha gente “saqueó” por hambre. Entonces vino el Poder, con sus uñas afiladas, y recordó que en Chile existía un caballero, ya convertido en polvo, que imponía orden mediante toque de queda y que así se le hacía temer a “la chusma” y el Nuevo Poder ordenó: Toque de queda.
Toque de queda contra los hambrientos, contra los sedientos, contra los sin hogar.
Supongamos que era una necesidad extrema…pero yo me pregunto:
¿Por qué esas autoridades no impusieron Toque de queda contra los empresarios de la construcción que hacen edificios de tablitas, contra las Concesionarias de grandes obras y contra su halagador papá –el MOP- y contra los Municipios responsables, al final, de tanto desastre?
Si esas obras hubiesen estado bien hechas indudablemente que hubiesen visto muertos, pero no la cantidad a la que ahora se está llegando.
Aquí algunos varios cientos de muertos son responsabilidad de las constructoras y empresarios apoyados por un aparato de autoridades que sólo velan por sus mutuos intereses.
A ellos, reitero, no les imponen Toque de queda..
Me hago cargo aquí de una reflexión muy interesante: “Por ganar unos pesos de más llegamos a esta tragedia”. La dijo Monseñor Alejandro Goic.
Es la pura verdad. No siendo yo creyente aplaudo aquí las palabras de un creyente, porque su dicho se aplica a la realidad.
José G. Martínez Fernandez
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