Por Paula Acevedo
Primero que nada, mis respetos por las opiniones de otros…pido lo mismo para con las mías.
No votaré nulo ni blanco, porque no hay analgésico que pueda hacerme resistir el dolor y el horror de recibir un agradecimiento de Longueira por ello, a quien conozco desde la Universidad, mientras era partícipe y miembro de los cuadros represivos en los años 70 y 80.
No votaré nulo ni blanco, porque no quiero el punto final. Para que la reparación tenga opciones de continuar: Con Piñera eso se acabará.
No votaré nulo ni blanco, porque no quiero ver a Melero gobernando, el mismo que con matones andaba dando golpes en la Universidad a quienes luchábamos por el fin de la Dictadura.
No votaré nulo ni blanco, porque no sé si existirá analgésico que aminore mi dolor cuando vea a Longueira en el poder, el mismo que a un grupo de compañeros de la Universidad nos amenazó personalmente con las penas del infierno, porque luego que los sapos le avisaron, él llegó rápidamente hacia nosotros, con un grupo de matones, mientras en los pasillos del campus pegábamos carteles denunciando y pidiendo libertad por un compañero preso en esos días, que estaba desaparecido y que finalmente se supo que estaba en los cuarteles de la CNI.
No votaré nulo ni blanco, porque entre tantas otras cosas, también recuerdo a Longueira y a sus matones bajando a golpes y a empujones a Fernando Castillo Velasco, cuando trataba de hacer un discurso contra el plebiscito del 80, cuando se impuso la constitución que hoy todavía impera en el país.
No votaré nulo ni blanco, porque no quiero que Lavín sea ministro de Estado.
No votaré nulo ni blanco, porque no quiero que los empresarios paguen menos impuestos o que los evadan libremente.
No votaré nulo ni blanco, porque no quiero ver al hermano de Piñera y al Kike Morande en los actos”culturales” de mi país. Todos sabemos que aparte de ser mal músico está cerca de los círculos de la droga, que tanto daño hace a los jóvenes de nuestro querido país… tanto más daño a los jóvenes más pobres del país.
No votaré nulo ni blanco, porque no quiero ver al otro hermano de Piñera, el que despojó tantos derechos de los trabajadores a través del Plan Laboral y que además inventó las AFP, sea asesor de su hermano en políticas laborales y en otras materias económicas.
No votaré nulo ni blanco, porque no soportaré que me lo agradezca el diputado Alberto Cardemil, el que daba los cómputos del plebiscito en el 88. Tampoco quiero recibir el agradecimiento de Espina, de Larrain (el senador y el presidente de partido), de Chadwick ni de Coloma, quien subió el cerro llamado por PINOCHET en Chacarillas, junto a otros jóvenes de la época y que hoy son parte de los políticos de la UDI y de RN (http://es.wikisource.org/wiki/Discurso_de_Chacarillas). Menos quiero recibir el agradecimiento por mi voto nulo o blanco de parte de lE. Matthei ni de Allamand.
No votaré nulo ni blanco, porque si lo hago, la mitad de mi conciencia estará por apoyar a Piñera y todo lo que su proyecto político-económico-social y cultural significa.
No votaré nulo ni blanco porque no quiero ver a mi país aliado con los jefes de Estado de Colombia ni de Honduras y representado por un presidente que no es empresario sino especulador, que apoyó a Pinochet, que es mentiroso, que falta a la ética hasta en los negocios, que en política es capaz de hacer lo que hizo a E. Matthei…etc., etc.…que es hermano de un ex ministro de Pinochet…etc. etc. etc.
No votaré nulo ni blanco, porque sino la mitad de mi estará dando la mitad de mi voto a la derecha (porque votar nulo implica afirmar que me daría lo mismo que salga Piñera o Frei) y entonces la mitad de mi estará renunciando a principios que sustento toda mi vida.
No votaré nulo ni blanco, porque no serán 4 años de la derecha en el poder sino muchos más (recordemos lo que ocurre en los municipios en que ellos han llegado y que el que gobierna tiene todo el poder ejecutivo, agregado al de la posesión de los medios y el poder económico como para controlar a la opinión pública).
No votaré nulo ni blanco porque los que creen que la Bachelet volverá en gloria y majestad en 4 años más, tendrán que recordar que quienes tengan el poder la destruirán políticamente (los mismos que hoy la aplauden y quieren sacarse fotos con ella para ganar votos para la derecha)…
No votaré nulo ni blanco, pues la prensa, hoy en poder de quienes se sabe, no hará oposición a nada y el país será “el país de las maravillas” y todo será bueno, mientras los más vulnerables no tendrán tribuna en ninguna parte, salvo en los pocos diarios que apenas se asoman en los kioscos del centro de Santiago.
No votaré nulo ni blanco, pues será difícil sacar a la derecha o tendrá que suceder algún atentado como el de Madrid para sacar a Aznar (cuyo candidato es Piñera) como para que a última hora la gente se inclinara por Zapatero.
No votaré nulo ni blanco, porque de otro modo, ahora sí que con 100% de seguridad tendremos binominal y la misma constitución política por otras cuántas décadas.
No votaré nulo ni blanco, por mis amigos que estuvieron en las cárceles de la dictadura y por mis amigos que murieron en dictadura y porque si lo hago, facilito que lleguen a la Moneda los mismos que la incendiaron.
No votaré nulo ni blanco, porque seguro que se venderán a precio de huevo nuestros recursos naturales y las empresas del Estado que nos quedan.
No votaré nulo ni blanco, porque sino mi decisión de voto no inclinará la balanza ni para un lado ni para otro. Es decir que el peso de mi voto se reparte en una mitad para Piñera y la otra mitad para Frei. Es decir que en la mitad de mi estoy de acuerdo con que Piñera sea Presidente.
No votaré ni blanco ni nulo porque no quiero sentirme ni un pedazo de responsable –y menos un pedazo igual a mi mitad- de un gobierno de derecha, con todo lo que se ha demostrado que históricamente ello significa (sino leer algunos textos lo que fue el gobierno de Alessandri desde 1958 a 1964 y en otros tantos sobre la dictadura de Pinochet, quien fue acompañado en su dictadura, por muchos de los grandes comprometidos en la campaña de Piñera, Ej. Jovino Novoa).
No votaré nulo ni blanco, porque a pesar de las rabias, desacuerdos, injusticias, robos, inmoralidades, que tengo y veo en la Concertación, ella se acerca más a mi proyecto político y en ella hay muchas personas que merecen mi respeto político y ético y prefiero que la balanza se incline hacia ese lado… pero jamás preferiré que se incline hacia la derecha. Toda la fuerza y el peso de mi voto estarán contra esa inclinación.
Estimados y estimadas… yo sé que puedo seguir con mis argumentos, algunos podrán agregar los suyos en la misma línea y otros no estarán de acuerdo con ellos, pero por último quiero decir que para mi no existe la bipolaridad en política.
Paula Acevedo
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